Una
enfermedad llamada trabajo
En
1714 murió Bernardino Ramazzini.
El
era un médico raro, que empezaba preguntando:
–¿En
qué trabaja usted?
A
nadie se le había ocurrido que eso podía tener alguna importancia.
Su
experiencia le permitió escribir el primer tratado de medicina del trabajo,
donde describió, una por una, las enfermedades frecuentes en más de cincuenta
oficios. Y comprobó que había pocas esperanzas de curación para los obreros que
comían hambre, sin sol y sin descanso, en talleres cerrados, irrespirables y
mugrientos.
Mientras
Ramazzini moría en Padua, en Londres nacía Percivall Pott.
Siguiendo
las huellas del maestro italiano, este médico inglés investigó la vida y la
muerte de los obreros pobres. Entre otros hallazgos, Pott descubrió por qué era
tan breve la vida de los niños deshollinadores. Los niños se deslizaban,
desnudos, por las chimeneas, de casa en casa, y en su difícil tarea de limpieza
respiraban mucho hollín. El hollín era su verdugo.