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En este momento,
en que sufro, mi coraje debe comprender.
Nada es que mi
cuerpo se bambolee en la pesada prisión de su dolor.
Tal vez, por ahí,
un hombre harto, de amor o de belleza, ha dejado que su alma caiga de rodillas
ante la vida, porque al fin ha comprendido.
(De 'Poemas Solitarios')