Sin llaves y a oscuras
Era
uno de esos días en que todo sale bien.
Había
limpiado la casa y escrito
dos
o tres poemas que me gustaban.
No
pedía más.
Entonces
salí al pasillo para tirar la basura
y
detrás mío, por una correntada,
la
puerta se cerró.
Quedé
sin llaves y a oscuras
sintiendo
las voces de mis vecinos
a
través de sus puertas.
Es
transitorio, me dije;
pero
así también podría ser la muerte:
un
pasillo oscuro,
una
puerta cerrada con la llave adentro
la
basura en la mano.
El Salmón, Libros de Tierra Firme, Buenos Aires 1996