Y
de Django Reinhardt y de las notas de Chopin, nos pasamos a los valsecitos
peruanos de Lucha Reyes y de ahí a los boleros, a los pasillos, a las rancheras y a los tangos.... y cuando llegaron nuestros amigos artesanos y músicos de Valpo, con
más gasolina para el alma, nos pasamos a los huaynos tocados con instrumentos rústicos,
como estos vientos hechos de tubos PVC. Este taller en casa de Antú, se
convirtió en nuestro hogar por tres noches seguidas, donde no vimos más luz que
las ráfagas que la música dejó en nuestras pupilas.
BUSCADORES DE ORO por RAÚL GARCÍA
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Nadie dijo que fuera fácil. Nadie dijo en ningún momento que lo íbamos a
conseguir todo en esta vida, que nuestros sueños se iban a hacer realidad.
Nadie...
Hace 2 horas

