In
vino veritas, una luna enorme, jazz libre y más de 24 horas sin dormir. Es la única
manera de ver a Santiago amanecer. Estoy abierta a todas los poemas que no
saben que son poemas. Los verdaderos músicos son niños, demasiado puros para
sacar notas que no caben en un abecedario. Cambio de planes, mañana viajaremos
a Valparaíso, Viña del mar, Reñaca, Concón y Mantagua, iremos jalando dedo. Hoy
se acaba octubre, escucho en la distancia. Pero yo no sé de horas ni de días ni
de meses. Sigue el acordeón abriéndose y cerrándose en mi cerebro. Y en este
preciso momento, todo Santiago cabe en esta ventana.
DECADENCIA
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*Je suis l’Empire*
*à la fin de la décadence*
*Paul Verlaine*
el césar mueve
el pulgar hacia abajo
y todos son malos
gladiadores
jueces obreros
el césa...
Hace 15 horas