"Si
antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos
a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después,
las probables, más tarde las posibles, luego la imaginables, no llegaríamos
siquiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho
detenernos."
(de Ensayo sobre la ceguera)