"Soy
un hombre enfermo. Soy un hombre malvado. Soy un hombre desagradable. Creo que padezco del hígado.
Pero no sé absolutamente nada de mi enfermedad. Ni siquiera puedo decir con
certeza dónde me duele. Ni
me cuido ni me he cuidado nunca, pese a la consideración que me inspiran la
medicina y los médicos. Además, soy extremadamente supersticioso… lo suficiente
para sentir respeto por la medicina. (Soy un hombre instruido. Podría, pues, no
ser supersticioso. Pero lo soy.) Si no me cuido, es, evidentemente, por pura
maldad. Ustedes seguramente no lo comprenderán; yo sí que lo comprendo. Claro
que no puedo explicarles a quién hago daño al obrar con tanta maldad. Sé muy
bien que no se lo hago a los médicos al no permitir que me cuiden. Me perjudico
sólo a mí mismo; lo comprendo mejor que nadie."
Memorias del subsuelo. Ed. Libertador. Buenos Aires. 2009
(M)