Angel, Mark y yo.
Café El Riojano. Abril. 2012
Madrid, 17 de abril de 2012
No todos los días uno brinca el océano y cambia de continente. Por eso, reencontrarse con personas queridas a la que no veíamos hace tiempo es otra forma de alimentar el viaje. Ayer, por ejemplo, logramos contactar con Angel, uno de los sobrinos de Mark que actualmente es profesor de inglés en Madrid, y que, al estar algún tiempo viviendo en la ciudad, pudo darnos algunos consejos. Nos encontramos en el Café El Riojano, ubicado en la Calle Mayor, en el centro de la ciudad. En realidad este lugar lo descubrí mientras caminábamos por la calle y desde el vidrio me atraparon todas las delicias que se exhibían. Al entrar nos gustó mucho más todavía, por el decorado y el ambiente de antaño.
En efecto, el establecimiento fue fundado en 1855 por Dámaso de la Maza, un pastelero
afincado en Madrid que trabajaba para la Casa Real. Desde entonces, han sido
varios los propietarios del negocio, pero no ha variado ni la estética del
local ni sus tradicionales pasteles artesanos. El local presenta la típica
fachada de los comercios del siglo XIX, un tanto restaurada después de la
Guerra Civil, y donde se combinan la madera, el mármol, los escaparates de
cristal y el elegante rótulo que da nombre al local. En el interior se mantiene
gran parte de la decoración original, formada por molduras labradas en madera,
viguetas de hierro fundido, elegantes estanterías y dos mostradores de bella
factura realizados en madera y mármol de carrara. Así como no disfrutar de un cafecito en leche, un pancito de almendras y una grata compañía.