Explosión de imágenes en blanco y negro sobre mi piel, poemas, whisky, poemas, whisky, poemas whisky... Mi madre me cruza estas fotos del recital. Lamento no tener más detalles ni la intervención de mis compañeros de lectura, pero para ser sincera, ayer me desprendí totalmente de la cámara y me dediqué a leer, a conversar y a acumular whisky en mi sangre. Como experiencia personal debo decir que estoy muy contenta y satisfecha. Con lo difícil que puede resultar leer en un Bar (por la bulla y el alcohol en la mayoría de asistentes) sentí que la gente se conectó mucho con mi poesía, palabra con palabra, y esa experiencia desde luego, siempre será casi alquímica.
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