lunes, marzo 12, 2012

Courbet en la pluma de Peter Handke


by Gustave Courbet. 1869

El pintor Courbet fue también el que luego en 1871, en la época de la comuna colaboró de un modo especial para que quitaran los relieves del obelisco de la visoria de la Place Vendôme: decía que en una plaza a la que lleva a la rue de la Paix no debe haber "ningún monumento que conmemore las guerras ni las conquistas". Esto le costó estar encerrado varios meses, y muchos de los cuadros de los años que siguieron a este encarcelamiento (los cinco últimos de su vida) no representan más que un mar, de un verde salvaje, con su cielo y apenas un poco de playa en primer término. Uno de esta seré lleva el nombre La gran ola: agua y aire son casi sus únicos objetos; sin embargo, el cuadro, con sus colores de roca, da la impresión de algo firme y sólido, y con la multiplicidad de formas, unas encima de otras, produce un efecto dramático.
Para Cézanne, Courbet tenía "el gesto grande y las maneras solemnes de los maestros"; a La grande vague la llamaba él uno "de los descubrimientos del siglo". En el Louvre, ante los cuadros de Courbet, lo único que hacía era ir diciendo en voz alta gritando, los nombres de las cosas: "Aquí la jauría, el charco de sangre, el árbol. Aquí los guantes, los encajes, la seda rota de la falda."

Peter Handke. La doctrina del Sainte-Victoire. Ed. Alianza. Madrid. 1985