"Admitamos
una cobardía: no conozco otra labor ni otro placer que el de leer y escribir, y
sin embargo, no sé con certeza lo que es un escritor. Sé que escribir un libro,
es decir, intentar ordenar sombras, regular vaguedades o edificar con sueños,
es una tarea atroz y maravillosa al mismo tiempo. Sé que hay un instante en ese
camino en el que el autor siente que todo aquello que ha escrito y escribirá en
el futuro es inútil y absurdo, carroña para los buitres del tiempo; siente que
a nadie le importan sus palabras, que de nada vale dejarse los ojos temerarios
y la vida en ese estúpido empeño. Sé también que de ese abismo me salva la
lectura de otros autores, la confirmación de su belleza y la fe (del todo
gratuita) de que quizá mis libros tengan algún lector en el mundo destinado a
sus páginas.
Sigo
sin saber lo que es un escritor, pero después de esta breve divagación me
atrevo a proponer una fórmula: Escritor es el hombre que ha comprendido que un
libro, no siendo mucho, es algo infinitamente más valioso que su propia vida."