Qué bestia, carajo... no haya nada como perderse en el Tiempo y el espacio. Quedarme sin almuerzo y sin cena y sin hacer lo que supuestamente debía hacer, pero regresar a casa con 7 libros y una moneda extraña, en un idioma que parecería haber sido escrito en el manicomio de Mondragón o de Rodez, y a la cual encontré junto a una alcantarilla en el mismísimo callejón donde alguna una vez un tipo me apuntó. No olvido el arma. No la olvido. Pero ya no me asusta esa imagen. Es 35 de febrero. Soy feliz.
EL PUEBLO EN LLAMAS
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el pueblo engañado
el pueblo expropiado
el pueblo acosado
el pueblo manipulado
el pueblo desahuciado
el pueblo agotado
el pueblo dominado
el pueblo quemado...
Hace 16 horas