“Walter
Benjamin dijo una vez que la primera experiencia que el niño tiene del mundo no
es que ‘los adultos son más fuertes, sino su incapacidad de hacer magia’. […]
Es probable, en efecto, que la invencible tristeza en la cual se sumergen cada
tanto los niños provenga precisamente de esta conciencia de no ser capaces de
hacer magia. Aquello que podemos alcanzar a través de nuestros méritos y
nuestras fatigas, no puede, de hecho, hacernos verdaderamente felices. Sólo la
magia puede hacerlo. ”
‘Magia y Felicidad’. Profanaciones. Buenos Aires: Adriana Hidalgo,
2005.