“Y si pasa el tiempo y empiezas a ver que tu nombre circula entre los hombres, no hagas de ello más caso que de todo lo demás que encuentres en sus bocas. Piensa que se ha vuelto malo y tíralo. Toma otro, cualquiera, para que Dios pueda llamarte en plena noche”.
Rainer Maria Rilke, Apuntes de Malte Laurids Brigge, 1910