martes, mayo 19, 2009

Neeli y yo.. de cartas y buenos amigos

Con Neeli en Specs.
San Francisco

Estos días he pensado mucho sobre la amistad, es decir sobre el ser y estar, la relatividad -una vez más- del tiempo y del espacio, así como el efecto que nos puede causar una palabra precisa, en el momento exacto, o, en su defecto, el silencio. Definitivamente uno aprende con el tiempo a no esperar (y es de las cosas que más me cuesta), y, desde luego, el goce de recibir aquello que no se esperaba. En medio de todo ello, estuve revisando mi correspondencia, y una vez más me di cuenta de lo afortunada que soy al tener acumulados pequeños-grandes tesoros que dan cuenta de ese "ser y estar" al que me refería arriba. Tesoros que, como es lógico, quizá lo sean sólo para mí. Lo que es indudable es que el camino me ha dejado gente jodidamente especial, con la que puedo contar y aprender, y supongo que eso -junto a otras cosas buenas de la vida- me da el equilibrio para pensar que no todo en mi destino está cruzado, atemporal o prohibido.

En fin, una de esas cartas, por ejemplo, es la del poeta Neeli Chercovski. A quien en menos de dos meses volvere a ver. Coño, Neeli se me ha vuelto tan familiar, tan cercano, y recibo de él palabras que no dejan de sorprenderme. Sólo pienso en todo lo que él ha vivido y la gente brutalmente interesante que ha conocido y todos los proyectos que tiene en mente... que no puedo evitar sentirme feliz por su sencillez, por su tiempo, por hacerme parte de su vida hasta el punto de haberme escrito varios poemas, como ese que hasta me hizo llorar de la emoción, en el auto, camino a mi primer recital en Frisco (uno de estos días lo subiré). Por eso me tomo la libertad de compartir una de las tantas cartas que Neeli me ha enviado (la he traducido yo misma al español), la misma que me llegó como respuesta a una carta que se las envié a Jack, a Aggie y a Neeli, una noche en la que literalmente estaba jodida, Blue de pies a cabeza. Me había agarrado uno de esos bajones que suelen dejar mis noches sin piso, sintiendo VÉRTIGO, ese que me pone a temblar el alma y el cuerpo. Y los tres estuvieron aquí, conmigo. Y Neeli con esa forma tan suya de hablarme. Neeli es uno de los pocos que supo que yo estaba mal, y encendió la luz. Desde luego, no es el único, entre esos pocos incluyo a seres que he llegado a querer muchísimo, y a unir lazos aun en el misterio de la distancia, que no de lejanía.

Por cierto, quiero que estén tranquilos si alguno de esos amigos -ellos saben quienes son- lee este post, no voy a publicar sus cartas, jaja....(o al menos, si algún día la situación lo amerita, no será sin su consentimiento) y esto digo porque creo que a veces la gente que sabe que llevo un diario o soy amante de las correspondencias de ciertos escritores o filósofos (Anais, Miller, Heidegger, Durrell, Bowles, etc, etc, etc.), piensan o temen -es humano- que vaya a sacarlo todo a la luz. Y nada más lejos de la verdad. Si bien suelo contar muchas cosas que me suceden, mi diario-diario, es decir el diario que llevo adentro, es cinco veces más rico en detalles y en personajes y en sucesos que el escrito por fuera, pues aunque la palabra sea mi más fiel refugio, no deja de ser una herramienta, ergo un limitante. E incluso terceras personas suelen ser limitantes. E incluso mis putos temores pueden ser un limitante. Mi diario interior, aquel escrito entre tripas, útero, corazón y sesos, es el que está veraderamente completo; y eso de completo es un decir, pues cada día se sigue alimentando.

Es bueno compartir, pero también es de sabios saber callar. Así que volvemos al principio: todo es relativo. En fin, pueden respirar tranquilos. Sé cuándo es pertinente usar la palabra. O al menos lo intuyo.

Carta de Neeli Chercovski a Carla Badillo Coronado

febrero/2009
San Francisco
Carla:

Es una mañana fría y lluviosa. El otro día justamente pensaba en ti, creo que en realidad todo el planeta se encuentra en una especie de vértigo. Ahora mismo río por dentro, porque se me viene a la mente tu rostro, el de Aggie y el de Jack, porque sé que, por ejemplo, si llegara incluso a molestarme con Jack, él no dejaría de ser ese adolescente cada vez más y más sabio; así como sé que sus brazos están ahora mismo alrededor de nosotros, acogiéndonos tanto como pueden. Sabes que puedes contar con nosotros, y con tanta gente que ama tu espíritu de poeta joven-anciana. Ya verás como algún rato vovlerás a aquellas cosas que nos alegraban, como la pasta de Aggie en su cocina o encontrarnos en los Cafés y leer juntos, y no estar solos, y sin embargo estar solos.

Está tan desierto aquí, en mi casa (¿recuerdas mi casa???), Jesse sigue en Manila. Lo visité hace poco y pasamos un tiempo maravilloso, una renovación de viejos votos con un hombre precioso. No puedo explicarte, Carla, ¿cómo su familia me acogió en sus brazos, su sobrino diciendo: "Te vamos a extrañar", y el condominio repleto con mis pinturas en hermosos marcos filipinos.

Yo estaba sentado en el apartamento, mirando hacia afuera el vasto césped desde el décimo piso, y leyendo mi primer "Carla poem", mi GRAN CARLA, MI CARLITA, MI POETA AMIGA. Creo que quizás el vértigo es necesario y tú puedes con él, pues vives en una ciudad de altura, llena de montañas (te veo en la oscuridad sosteniendo la lámpara...).
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Los extraño a todos, todo el tiempo, incluso cuando quiero esconderme, los extraño a todos, pero sobretodo extraño tu espíritu, tus palabras no habladas, tus ojos amplios y limpios, tu hermosa hambre. Somos tan afortunados de conocerte, de haberte encontrado, haber bailado y corrido aquí en San Francisco.

Mi cintita de bohemia envejece y eso me asusta, pero ahí estás tú, y me siento un poco menos horrorizado. Supongo que algún rato mi bohemia finalmente acabará, pero aquí está nuestro PROPIO paquete de poemas o lo que sea.

. . Estuve en las montañas de Filipinas en busca de un barranco rodeado de sombras y picos escabrosos, deseando ver un águila elevarse, ni siquiera sé si hay águilas ahí, pero fui feliz de todos modos con la inmensidad, y pensé en AGGIE Y JACK Y DOMINIC Y TONY Y JESSICA Y CSABA y todos aquellos otros que conociste, y CARLA y en todos los que se han ido, igual que si fuera un coro. La furgoneta estaba a la espera del aire fresco y húmedo, fue extraño. . .

Debo llamar a Aggie, tengo que freír el tocino y revolverlo con la pasta o vertir un poco de vino (solo un poco para mí) y sentarme en esa mágica cocina. Quizá Jack vuele adentro y afuera... tantas cosas que hacer, tantas conexiones que hacer, tantas canciones que cantar...

Estoy trabajando en el proyecto de Oaxaca, poemas de ida y vuelta, Español e Inglés, creo que saldrá bien, te contaré más, mi novela está a medio camino, una especie de thriller filosófico protagonizada por un hombre llamado Fred Nietzsche y un chico punk llamado xxxx xxxxx y un talentoso y egocéntrico, pero adorable, escritor llamado xxxx xxxxxxx, todos mezclados en este momento en México City.

Un solo ser, y todos

mucho amor

Neeli