Pienso nuevamente en el ruido, la música y el silencio. Pienso en el límite entre uno y otro. Pienso en la posibilidad de mezclarlos a todos ellos. Pienso en la incoherencia que significa esto para muchos. Pero lo cierto es que el silencio es mi Tierra Prometida. Y el sonido es sólo un medio para llegar a ella. Esto también es cuestión de Tiempo. Donde quiera que voy hay una voz que se anuncia, se pronuncia, se multiplica, aun cuando no hay nadie cerca. Estas palabras que ahora escribo -como una ciega que mira a través de los sonidos- son producto de una tarde gris que me dicta un Evangelio de notas dispares, de versículos confusos, de palabras estériles que se mueven al ritmo de mis dedos huérfanos. Estoy ciega y no tengo miedo, porque puedo escuchar imágenes terriblemente bellas, demasiado luminosas para ser ciertas. Las escucho y las convierto en frases que huelen a azufre. Huelen a azufre y son mías. Esa es mi única certeza.
EL PUEBLO EN LLAMAS
-
el pueblo engañado
el pueblo expropiado
el pueblo acosado
el pueblo manipulado
el pueblo desahuciado
el pueblo agotado
el pueblo dominado
el pueblo quemado...
Hace 18 horas