Aunque Mark no es dado a celebrar este tipo de fechas (me recuerda al verso del buen Vallejo: feliz el que no tiene cumpleaños / y el que perdió su sombra en un incendio), yo sí quiero celebrar su existencia, más aún cuando casi rozando la media noche supe de la muerte de J. F., a mano propia, siendo tan joven. Por eso estoy feliz de que los ojos de mi hombre sigan encendidos como dos farolitos que me van iluminando a cada paso. Hoy celebro la vida del hombre al que AMO, y al que siempre, y bajo cualquier circunstancia, acompaña también mi vida.
CIUDADES QUE LLORAN por FRANCISCO ROJAS
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Dicen que si te vas llora Madrid, que ya no sabe el mar de Asturias igual,
que en la parte antigua grita San Jorge desconsolado. Que yo, dicen que yo,
an...
Hace 2 horas