photo by Mark Álvarez
SF 2010
(...) Se encuentra ante la opción: o poner orden en su estructura mental y anímica y así conquistar un sentimiento vital más constante, más tolerable, pero también embotado y apagado, o dejar suelto a su demonio, y en beneficio de sus horas ebrias y arrebatadas renunciar a esa felicidad más estable del reposo. Abandonar a Apolo y volver a Dionisio.
Herman Hesse, Pequeñas Alegrías, Ed. Alianza. Madrid. 1998