lunes, octubre 26, 2009

Una joya de la historia del blues

Llegué al blues hace muchísimos años como a casi todas las cosas que me gustan: sola. Por casualidad o referencia indirecta, y a partir de ello mi propia búsqueda. La primera vez que escuché un blues ni siquiera sabía inglés, pero los aullidos del que cantaba lograron desgarrarme adentro, me sedujeron, me embrujaron. Quería más. Más de esa unión infernal entre voz y guitarra. Hasta entonces no había sentido tanta compenetración entre instrumento y voz. No sabía si la guitarra era la voz y el aullido la guitarra. Más tarde comprendí que las dos opciones estaban correctas. No, no entendía de qué carajos iba la letra, pero podía entender la pasión y la entrega del que comandaba ese poderoso ritmo. Recuerdo que lloré como una pendeja. Y sabía que eso era buena señal. Hasta el día de hoy no sé a ciencia cierta cuál fue la canción que escuché por primera vez en esa emisora, pero sin duda fue la puerta al apasionante mundo del blues.
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Más tarde entendí el origen, la historia y las múltiples voces y géneros que arrastraba este sentimiento. Porque el blues es sentimiento en estado puro. Y ahora, años después, mi conocimiento frente a los bluesmen viene ampliarse significativamente gracias a otro amante del blues: Mark Álvarez. Oohhh shiiit. Bien sabe el espíritu de Lightnin Hopkins, T Bone Walker, Muddy Waters, Howlin Wolf, Blind Lemon Jefferson, John Lee Hooker y muchos más.... cuántas horas hemos pasado escuchándolos y disfrutándolos, embriagados con el sonido de una guitarra y una armónica. Y aunque Mark dice que no es músico, de vez en cuando se pone a tocar y cantar alguna canción para mí.
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Mark tienen una buena colección de música, y como buen investigador autodidacta y amante de los libros, hace poco me regaló uno que es toda una revelación: CHASIN´ THAT DEVIL MUSIC. Searching for the Blues (Backbeat Books, San Francisco, 1998) de Gayle Dean Wardlow. Una verdadera joya para los amantes del género. Su autor es considerado "el decano de los investigadores de blues", historiador y coleccionista puerta a puerta. Este libro contiene entrevistas, anécdotas, ensayos, documentos y fotografías que revelan un sinnúmero de historias de los pioneros del blues, muchos en sus propios testimonios. Uno de los documentos, por ejemplo, es el certificado de defunción de Robert Johnson (su muerte fue otro de sus misterios. “El poeta del blues”, “el Rimbaud del Delta”, como lo llamó el historiador Gilbert Chase, moría en circunstancias poco claras, al parecer envenenado por un marido celoso), uno de los maestros que reafirmó las raíces del blues más puro y sentó las bases musicales y espirituales de todo lo que vendría después. Su vida fue un continuo misterio rodeado de oscuras leyendas sobre pactos con el diablo, males de ojo, juergas, mujeres, viajes y blues, mucho blues.
CHASIN´ THAT DEVIL MUSIC es fruto de una una investigación que Dean Wardlow inició a principios de los 60 por parte del joven periodista y que rescata gran parte de la historia casi olvidada de los bluesmen del Delta de Mississipi de los 20' y los 30´:Charlie Patton, Ishmon Bracey, Son House, Bukka White, Tommy Johnson, The Real Willie Brown, Skip James y muchos más. Finalmente, el libro incluye, además de una exhaustiva bibliografía un CD con contenidos muy exclusivos y raros de conseguir: 25 grandes interpretaciones de los premier Delta Bluesmen que grabaron varios estilos a finales de 1920, así como intervenciones de estos maestros de aquellos tiempos. De todos los tiempos. Estoy muy contenta con este regalo. Ooohhh shiiit, my baby, loves me. Subo el volumen y suena Woman Woman Blues de Ishmon Bracey... y yo me desgarro como la primera vez, es inevitable. Muddy Waters decía: "That Mississippi sound, that Delta sound is in them old records. You can hear it all the way through." Vaya que sí.