martes, octubre 20, 2009

just a break... entre lectura y danza

Aullido
photo by Mark Álvarez
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Receso. Sombra. Agua. Entramos a Vesuvio. Amigos. Desconocidos. No tan desconocidos. De rato en rato alguien acercándose con mi libro. Miguel es uno de ellos. Es mexicano, dice. Nos invita a cenar una noche de estas, dice. Para maquinar un super plan y extender mi estadía, dice (¿?). Benito el tamalero también se aparece y me saluda como siempre, regalándome uno de sus tamales. Mel, el DJ, también se asoma. Y Silvio, el argentino. Y el tipo medio obsesivo que me conoció en Soma (me regaló sus manuscritos completos de poemas emplasticados en una carpeta). Hambre. Vamos con Mark a E tutto Qua. Taslima y Menna a través de la ventana. Mark las invita a una copa de vino. Le cuento a Mark que Taslima fue condenada a dos años de prisión por uno de sus libros en los que habla sobre la mujer y el fundamentalismo musulmán. A Taslima le cuento que Mark es policía. "Vaya, no parece", me dice. Y luego de pasar un buen rato en la mesa, Taslima me hace buenos comentarios sobre él. Camino al beat museum donde están los otros poetas, Mark me acompaña. Le presento a algunos, pero sobretodo a Ámbar. Coversan por un momento. Neeli nos encuentra y le dice a Mark: "what a muse for Carla you are". Conversamos. Luego Neeli señala una de las viejas máquinas de escribir (no sé si era de Kerouac o Burroughs) y nos cuenta un par de historias más. Antes de salir, le pido a Mark que me tome una foto a lado del "Aullido" de Ginsberg (antes de disparar M. se me acerca y me dice que él cree que yo he escrito cosas mejores que ese poema, que gran parte de lo que ellos hacían era "hacerse la paja los unos a los otros". Me quedo sorprendida por lo que dice. Imagino que para muchos un sacrilegio. Pero me deja pensando. Lo cierto es que -por más que me caigan bien y los haya leído con gusto- sí, es cierto que mucho se masturbaban entre ellos. Me limito a aullar. Salimos para retirar el espejo, el maiz y la botella de chaguarmishque que encargué en casa de Jack y Aggie. Entramos a Cassa Melissa. Y Mark me deja a solas para prepararme. Dice que esperará en Mario´s tomandose un café. En breve bailaré en Washington Square, apenas cruzando la calle. No tengo reloj ni celular ni nada que me indique la hora. Sólo sé que debo apresurarme. La gente ya debe estar acomodándose en el parque. Luego de un par de intervenciones poéticas y musicales entraré yo. Cada segundo corre feroz. El tiempo es una gacela que me confunde.
Con Mark y Jessi
Mel, Miguel, Carla, el perseguidor, Silviofirmando el libro a MiguelCon Benito el tamaleroAggie, Mark, Carla y Jessi
Con Taslima Nasreem y Menna Elfynllegando al beat museumpoetas entre recuerdos de los beatcon George Castera, Cletus y su novia

Con Neeli Cherkovski
Con Ámbar Past
dos mujeres huracanadas