viernes, octubre 16, 2009

Main reading en el Palacio de Finas Artes (1er día) -Festival de Poesía en San Francisco

(Apertura en el Palacio de Finas Artes. de Lawrence Ferlinghetti y Diane di Prima)
(fragmentos anacrónicos)
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Asientos rojos. Pantalla gigante. Entrada libre. El Palacio de Finas Artes será el escenario de la lectura principal del Festival. Entre hoy y mañana, todos los poetas leeremos en este lugar frente cientos de personas deseosas de escuchar/sentir poesía de varias partes del mundo. Los próximos días, en cambio, serán recitales individuales que llevaremos a cabo en diferentes callejones, cafés, bibliotecas, etc. de todos los barrios de San Francisco.
Tras las indicaciones sobre el orden en que leerá el primer grupo de poetas, nos llevaron a un cuarto en el que habían cositas de picar: quesos, galletas y uvas. Unos sánduches y unos nachos de maiz con guacamole. Ámbar y yo nos dirijimos directito a los nachos, al guacamole y a los quesos. Pero entre las bebidas nada más había agua, té y café... entonces nosotras preguntamos qué donde estaba alguito para calentar la garganta. Todos se rieron. Entonces trajeron botellitas de cerveza con una etiqueta propia del festival. La cosa se puso mejor. Todos conversamos e hicimos tiempo. Yo estoy tranquila en mi esquina, a mí me tocará leer mañana. Mark estará trabajando pero dijo que si puede se escapará un ratito para mi lectura. La verdad no creo que venga mañana a la lectura general sino -como ya dijo- irá directamente a la lectura más larga que daré en Jack Kerouac Alley, al aire libre. La de mañana no creo que aguante, son dos horas seguidas de poesía (too much he would say) y el no aguanta mucho tiempo en lugares cerrados. Ámbar también leerá mañana. Me emociona estar juntas en esto. Antes de regresar a los asientos me dice que mañana no olvidará el tequila.
Esperando... Carla Badillo Coronado, Sasha Pimentel Chacón, Roy "Chiky" Arad, Daniel Chacón
Lawrence Ferlinghetti, Jack Hirschman
Mr. F. fotógrafo del festival
Daisy Zamora, Zhai Yongming, Lawrence Ferlinghetti
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De este primer día, destaco la participación de dos poetas locales y ampliamente conocidos: Lawrence Ferlinghetti y Diane di Prima. De los dos sólo conocía a Lawrence en persona, con quien he he frecuentado más durante mis visitas a San Francisco. Pero faltaba Diane, a quien sólo conocía por sus escritos (especialmente sus cartas revolucionarias) y su participación en la generación beat. Lawrence tiene ya 90 años y sigue con propuestas interesantes, no pierde el sentido del humor y reflexión a través de sus particulares puestas en escena. Esta vez Lawrence entró diciendo "tengo la libertad en esta funda de papel", y luego de ocultarse tras el pódium... salió un Lawrence cubierto el rostro con una máscara plateada tipo estatua de la libertad y empezó a leer el poema que escribió precisamente para esta noche. En sus siguientes lecturas se colocó unos anteojos de plástico de marco rojo. Y así, fue colocando y quitando elementos de su cuerpo. Diane di Prima ingresó al escenario cargando su bolso, como si estuviese sola en el mundo o no confiase en nadie para encargar sus pertenencias mientras ella recitaba sus poemas. La flamante Poeta Laureada de San Francisco (sucesora de Jack Hirschman) entró al escenario a paso acelerado como demostrando que las afecciones de salud -que hace unos meses la tenían pegada a su cama- no la han vencido. Leyó varios poemas, algunos nuevos y otros conocidos, por ejemplo "AVE", el poema con el que Diane abre su poemario LOBA (1978).
"crescent in hair, sea underfoot do you wander/in blue veil, in green leaf, in tattered shawl do you wander/with goldleaf skin, with flaming hair do you wander/on Avenue A, on Bleecker Street do you wander/on Rampart Street, on Fillmore Street do you wander/...shadows you are, that fall on the crossroads, highways" (...)Paul Flores Zhai YongmingDaisy Zamora Roy "Chiky" Arad (con una intervención muy enérgica)
Alexander Skidan

Ignatius Mabasa
Dévorah Major
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(... faltan fotografías de Anna Lombardo y Maram AL Massri, pero mi bateria murió en pleno acto)
De regreso... Taslima Nasreen, Menna Elfyn, Zhai Yongming

De todos los poetas invitados que hoy recitaron, destaco a Ignatius Mabasa, Alexander Skidan, Menna Elfyn. Ignatius es fuerza y música. Ignatius es tambor, Zahú, África, sangre, muerte, resurreción, poesía. Alexander en cambio, es esa voz que a ratos me habita por las noches, la que se reencuentra tan profundamente con amigos muertos que no hemos conocido sino únicamente a través de la tinta. Me gusta la profundidad de la poesía de Alexander, es una prosa poética muy interesante (y además ha traducido textos de Antonio Negri). Alexander lleva un aura solitaria, aislada, y a la vez tan real, tan de todos. Menna, finalmente, es una mujer con versos simples y profundos, de esos que parecen tan sencillos y sin darnos cuenta logran cachetearnos el rostro, algo nos despierta.
Nguyen Qui Duc, Menna Elfyn, Alexander Skidan
Ignatius Mabasa
Y desde luego, Nguyen Qui Duc, este hombre con quien estoy segura llegaremos a ser buenos amigos. Conversamos desde el mismísimo momento en que nos recogió el autobús hasta la cena por la noche. Él tambien leyó hoy, pero fue la voz que hizo posible conocer los poemas de la poeta vietnamita LAM Thi My D (quien tuvo que cancelar a último momento su participación debido a la urgencia de la enfermedad de su marido). Mañana Duc leerá su propia obra. Duc dice que leyó varios poemas míos en las hojas sueltas que los de la librería pública tenían en el orden de mañana. Dice que le gustaron mucho y que mañana mismo comprará mi libro por que quiere empezar a traducir algunos de mis poemas a su lengua. Yo me emociono. Quisiera regalarle y que no compre. Pero ni siquiera yo soy la que dispongo mis poemarios. Hablar con Duc me genera una paz interna que sólo consiguen pocas personas. Él antes tenía un programa de radio aquí en SF, ciudad donde vivió por mucho tiempo antes de viajar a Ha Noi, ciudad donde actualmente reside, y donde maneja un bar y una galería, además de una casa en medio de las montañas, que sirve de residencia para poetas visitantes. Me dice que si algún día deseo ir a Vietnam, las puertas están abiertas. Leer y danzar en un lugar al que siempre he visto como muy lejano, ahora se vuelve una posibilidad más próxima. Quién sabe, le digo, quién sabe.
La noche avanza. La niebla avanza. Las voces avanzan como balas perdidas. Se acaba el recital y el Teatro queda vacío. Nos llevan a un restaurante de comida tailandesa. Mucha comida, un plato tras otro (y lo digo yo que soy buen diente). Deliciosa. Picante. Y vino, mucho vino. Mucho de todo. Duc está sentado a mi izquierda, Dévorah a mi derecha. Al frente está Menna y Talisma. Taslima dice cosas como: "cuándo venimos de un país tan pobre como Bangladesh, nos sirven mucho y luego más y más... como si no hubiesemos comido en un buen tiempo". Jack y Aggie cantan muy alto. Duc me sigue hablando de territorios y fronteras que hoy parecen posibles. Todos siguen hablando, todo se funde, se diluye... risas líquidas. Regreso a North Beach. Mark me espera parado en la puerta de Tosca, con su botas blancas y su boina. Me abraza y le entrego uno de los libritos de miniatura que pusieron en cada asiento del Teatro con poemas sueltos de todos. Le regalo uno mío: Poema para un muerto sin tumba. Lo lee, lo guarda y me besa. La noche avanza. La niebla avanza. Las voces avanzan como balas perdidas.