viernes, octubre 16, 2009

Main reading Palacio de Finas Artes (2do día) - Festival Internacional de Poesía en San Francisco

photos de las lecturas by Oscar Bermeo
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El grupo de hoy es el que más me interesaba. Lo integraron poetas como Ámbar Past, Sasha Pimentel Chacón, Taslima Nasrim, Tarek Eltayeb, entre otros. Me gustó el hecho de que nos hayan colocado juntos. Sin embargo, la única desventaja fue que -como debíamos esperar detrás del escenario- cada vez que pasaba un poeta a leer en su lengua, yo no podía hacer otra cosa que limitarme a la musicalidad de sus versos, sin entender nada, ya que las traducciones en inglés eran proyectadas en una pantalla gigante mientras cada uno de nosotros leíamos en nuestros respectivos idiomas. De manera que tuvimos que esperar a que el recital concluya para poder leer las versiones en inglés. Aún así, el hecho de compartir con ellos más tiempo fue una grata experiencia.
Con Donna Bero (Librería Puública de SF)
En cartelera para esta noche

Taslima Nasreen

Tarek Eltayeb
Agneta Falk
Sasha Pimentel-Chacón
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Poco antes de empezar el recital me agarró una especie de vacío, y no era debido a nervios ni nada de eso, pero muchas ideas cruzaron por mi cabeza, y sentí una ausencia interior casi indescriptible. Quería salir del lugar. Además cargaba con algunas cosas que había acumulado durante el día (incluyendo que casi me atropella un bus en Columbus por ir corriendo de North Beach hasta el Hotel REX en downtown con todas mis artesanías al hombro). Vi que todos tenían sus libros, y sólo entonces caí en cuenta que debía pedir a Antonieta el mío. Salí corriendo a buscarla entre los stands y la gente. Luego, colocando el orden de los poemas que leería, pedí a Jack y a la muchacha de la organización que revisaramos el orden de las diapositivas, pero cuando lo hicieron no aparecían algunos poemas que yo daba por sentado que leería. Me descontrolé, puesto que esos poemas eran muy importantes para mí. Jack dijo que no me preocupara, que todos esos irían en mi recital indivudual en Jack Kerouac Alley, pero que aquí ya no había nada que hacer. Me desequilibré, quizá no era para tanto, pero tenía cosas acumuladas dentro. Quería desahogarme pero no había nadie, no quería molestar a nadie, llamé a Mark, y me contestó y entonces pude desahogarme (aunque también me daba rabia -aunque diga que no- que él no estuviera ahí. Yo entendía, pero igual me molestaba)Temblaba, y creo que los organizadores estaban preocupados por mi rostro, porque más de uno me dijo que si necesitaba agua o una pastilla. Pero sólo negaba con la cabeza. Mark me dio mucha fuerza, sobretodo me dijo algo que fue como una bofetada chamánica. Dijo: Dónde está la guerrera. Dónde la mujer jaguar. Todo va a salir bien, sólo entra con fuerza y siente lo que haces, como siempre. Estoy contigo. Volví a mi centro. Sus palabras eran tan claras, directas y precisas y tenían tanto poder que casi parecían los consejos de un taita. Pude ver el fuego. Entré al cuartito donde estaba mi mochila y saqué el tambor que Memo decoró con la cabuya que salió del penco, las chagchas y las ocarinas. Sentí una fuerza muy fuerte de conexión con mi gente. Vi el rostro de todos ellos en las sombras proyectadas desde el escenario. Vi a mi madre sentada en la esquina del estrado, la vi hermosa y luminosa, con las piernas recogidas, sonriendo. Y sus dientes eran blanquísimos. Entonces no pensé en nada. Sólo escuché que me nombraron y empecé a caminar al ritmo que yo marcaba. Las reglas eran claras: 10 minutos para cada poeta. No más. Entrar y directamente leer. Entrar y directamente leer. ¿Pero desde cuándo las reglas las he seguido al pie de la letra? Además se me hace imposible no entrar a una casa ajena y no saludar. Así que entré tocando mi tambor y las chagchas; y una vez que llegué al estrado, saqué mi ocarina y empecé a emitir sonidos de pájaros. Sentí mucha fuerza, abrí mi boca y las palabras salieron como dardos. Saludé en español y en quichua, y luego dediqué el recital a mi gente en la mitad del mundo. Y, desde luego, agradecí a tres personas que han creído en esta niña-vieja desde el principio: Jack Hirschman (shungo, carajo), Aggie Falk y Neeli Cherkovski. Luego volteé hacia la pantalla y vi que el primer poema era Sarah Kane, así que moví las chagchas y empecé: De qué soga te sujetas ahora, Sarah Kane / cuando los nudos son cada vez más frágiles/ y la distancia entre el techo y el piso / no es lo que solía ser (...)
El silencio atento del público fue tambien una caricia indescriptible. Cientos de espectadores concentrados en mis versos. Palabras de dolor, de placer, de ironía, de rabia, de impotencia, desencanto, y esperanza. Acabé el poema y la gente aplaudió tanto tiempo que hasta regresé a mirar a los lados del escenario. Para ver si continuaba inmediatamente. Ellos aplaudían y yo ahí, tan expuesta, tan desnuda, revelándome a través de mis poemas. Siguió Cuviví, Progreso, El suicidio de Dorothy, y cuando debía leer Unos cuántos piquetitos no encontraba la jodida página, así que les dije que disculparan, qu se aguantaran un ratito, que era mi primera vez en esto, ríeron. A ese le siguió Pertenencias y finalmente Poema para un muerto sin tumba.
Cuando acabé, la música que emitía el público era como un suspiro orgásmico, como si estuviesen en verdad satisfechos, renovados, deseosos de más. Y eso me llenó de fuerza. Me retiré y al salir Ámbar me abrazó. Y me dijo algo así como que yo era una de las mujeres de su tribu (cosa que yo en su momento también había dicho de ella), y que se sentía muy honrada de escuchar su nombre en uno de mis poemas. Luego sacó una botellita de tequila y pa' dentro, ese José Cuervo asentó hasta lo que no necesitaba. Ya con la sangre templada, entró Duc, desde el público, y me dijo que definitivamente quiere traducir mi poesía a su lengua, y que cuando quiera puedo ir a recitar a Vietnam. Luego, de entre la oscuridad de donde se proyectaban las diapositivas con las traducciones en inglés... apareció Jack, y lo vi muy conmovido, nos abrazmos muy fuerte y le dije al oído que nunca le fallaría. Y él me respondió, Carla, shunguita, esta noche será inolvidable. Estuviste tremenda. Dulce y fuerte como siempre, pero más. Estoy muy orgulloso. Luego vino el traductor del poeta palestino y me dijo ¡Salud, por el gusto de brindar con la poeta! y me ofreció un trago de coñac. Pa´ dentro también. De pronto entró un tipo alto y me entregó una hoja, dijo que era un poema que escribió inmediatamente luego de que terminé de leer. Luego se fue como un fantasma, desapareciendo entre las tablas de la entrada. Esos pequeños instantes son los que más guardo.

Con la muchacha que fue a verme tras el escenario y con el tipo que me entregó un poema enrolladito
Inmediatamente le siguió el turno a Ámbar Past. Me pasó lo mismo que a ella: de todos los que estábamos tras el escenario yo era la única que pude entenderla pues las dos leímos en español. Ella sólo leyó un poema, pero uno largo que ocupó casi los 10 minutos (y de hecho por el cual yo la conocí): Dedicatorias. Ámbar ya entró con algún tequilita encima, pero no le afectó en absoluto (ella dice que sintió que no pronunció muy bien, pero la verdad es que estuvo muy bien)

Ya escribiré en un próximo post su poema completo. Pero aquí unos cuantos versos.
"Dedico este poema a los hombres que nunca se acostaron conmigo
a los hijos que nunca tuve
a los poemas que nadie escribió
(...) Al que engaña a su muerte en las camas de los moribundos
Al que baja de los cerros para no quemarse con las estrellas
Al que agarra la mano de la muerte y baila con ella
(...) Dedico ete poema al amasador de adobes que muere en la
casa que construyó para otro.
Al poeta en su velorio con la boca cerrada para siempre
(...) A los que han adoptado otro nombre
y llevan años sin saludar a la familia
A los que nunca durmieron en la misma cama
y comparten la fosa común
Dedico este poema a la madre que busca a su hijo
en el anfiteatro
entre otros poemas decapitados
A la que no puede decir cuál cadáver es el suyo
y se despide de cada uno con un abrazo."

Feruccio Brugnaro

Jack remató la noche y la cerró como se debe. Enotnces recordé que mis artesanías las dejé junto a los libros, así que salí flechada y las conversaciones con la gente que asistió se prolongaron. Entre el público vi algunas personas de North Beach. Me sentí mucho mejor.

firma de librosSasha Pimentel y Neeli Cherkovski (me dicen que le salió un par de lágrimas cuando lo nombré, pues estamos pagados... él también me ha llegado hondo)
Mi Pertenencias se va a México con esta pareja
más asistentes
artista californiana que alguna vez estuvo en Ecuador artista del West
Con Tarek Eltayeb
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Mark me llama para saber cómo fue todo. Le cuento. Ya viste, mija, todo pasa por algo, sabía que te iría bien. I love you.Salimos del Teatro y nos llevan a comer. Ámbar y yo seguimos conversando, le cuento de mi historia con Mark, de mis temores, de mi grupo de danza, de los poemas de Doña Marina en la quebrada seca, de mis viajes, y ella saca su libro "huracana" y me lo regala. Casi 250 hojas de poesía, una compilación desde sus inicios. Me pongo contenta. Brindamos. Luego me dice: tú vas a tener que pasar cosas muy chingonas, te van a querer sacar la madre por las cosas que piensas y sientes, pero tú tienes que seguir bien parada por el camino que veo que lo tienes claro. Sigue así, no tengas miedo, lánzate. Me recuerdas a mí, sabes que yo tenía 23 años cuando dejé todo y me fui a México, y llegué a Chiapas. Tú también tenías 23 cuando decidiste armar maletas y abrirte camino, pero tú fuiste a tantas tierras siendo la misma y siendo todas las que llevas por dentro como dices. Las dos nos entendemos porque venimos de tierras, de gentes donde el valor de las grandes cosas radica en un sentido más simple y a la vez más profundo, tienes que ir un día a visitarme en Chiapas, a las mujeres tzotziles, ahí nunca falta nada, la tierra es generosa y siempre da.
Yo la entiendo, carajo, cómo la entiendo, como me llegan sus palabras y consejos. Esta noche está pagada con esas palabras, bendiciones de una animala santa.
Amén.