martes, octubre 21, 2008

Madrid: Bienvenida Múltiple. Next Stop Huelva

Son casi las dos de la mañana en Madrid y estoy molida. Fueron trece horas y media de viaje desde Kitu. Ni el viaje Phoenix- Colorado, que duró 20 horas, resultó tan pesado. Debe ser por lo que también estaba un poco enferma. Lo importante es que llegué a España y ni hablar. Ni siquiera hizo falta poner un pie afuera del aereopuerto para empezar a vivir las buenas sorpresas que depara el camino. Al llegar al aereopuerto de Barajas me tomó un buen tiempo esperar en una gran fila de control de migración, equipajes, etc. (además de los galanteos de los inspectores de documentos -¿Disculpa, cuánto mide esa melena preciosa, es natural?-. ¡Joder! como dirían aquí). Luego de cruzar una gran sala pude divisar tres pares de brazos moviéndose. Eran ellos, Mario Crespo, José Ángel Barrueco y el Kebran. Me emocioné tanto, y no era para menos. Ellos son tres de esos amigos de los que tanto he hablado, amigos en la distancia. He disfrutado tantas veces con sus obras y textos, y ellos, en más de una ocasión han dado cabida a mis poemas o relatos o aventuras on the road. Hace un par de meses les decía que me encantaría poder sentarnos tomar algo y conversar, un par de meses después estuve recorriendo desiertos, reservaciones indígenas, librerías, subterraneos, puertos, casas de poetas y pintores... y ahora estoy aquí, en la ciudad donde nació Leopoldo María Panero, Josée Ortega y Gasset, Francisco Umbral, entre otros.
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Todos en esa mesa hemos sido puentecitos. Mi llegada permitió que el Kebran y Mario se conozcan en persona. JAB fue mi contacto en Albuquerque con Vicente Luis Mora. El Kebran fue quien hace muchos meses me regaló el libro de RESACA/HANKOVER, con el que recorrí las tierras del Norte de América. Pude después de un momento conversar por teléfono con Uberto Stabile (Uberto me esperará mañana en la estación de tren de Huelva, serán cuatro horas más de viaje), Viktor Gómez, David González y Vicente Muñoz Álvarez. Más tarde llegó Marta, la compañera de JAB, que me cayó muy bien. Reíamos todos en la mesa pues desde las 6 de la tarde que llegué, conversamos tanto que se nos volaron las horas y lo único que conocí el primer día fue la terminal 4s y una de las marcas de cervezas madrileñas. Todo estuvo genial, no olvidaré ese recibimiento. Hubiese querido escuchar a muchos otros amigos y conocidos que me han acompañado por largo tiempo, pero no tenía móvil personal para llamarlos. Pienso en Adolfo, en Alicia, en Pepe, uff....ya habrá tiempo, espero.
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Salimos de la estación muy tarde, ya casi no había gente, pero seguíamos con la sonrisa en la cara. El kebran tomó su camino hacia Illescas y JAB y Marta para Lavapiés. Yo fui con Mario a su casa donde nos esperaba su compañera: Miriam, quien también me cayó muy bien, y me brindó un "chupito" de licor de mora que hizo su padre en casa. Los dos me han recibido en su hogar. Vaya la conexión tremenda de los blogs. Quien diría que un medio tan frío como el internet nos haya enlazado de una manera que supera nuestras espectativas. He volado miles de kilómetros para llegar y sentirme como en casa. Eso, como en casa.