miércoles, noviembre 23, 2011

Next Stop: Half Moon Bay


Half Moon Bay. 2011


(fragmentos de mi diario) 
Octubre, 2011
*

Half Moon Bay. Bahía de la Media Luna. Jamás había escuchado de un pueblo con ese nombre. Me gusta. No tengo idea dónde mismo estará, pero es lo de menos, será nuestra próxima parada. No llevamos mapas,  tampoco los necesitamos. Me quito las sandalias, reclino el asiento, estiro mis piernas. Toco con mis pies el parabrisas. Mark dice que alcanzaremos a la puesta del sol, pero no hay prisa y eso es lo mejor del viaje. El día es soleado, y sin embargo yo, que casi siempre prefiero los días grises, me siento bien. Lo que necesitaba era salir, aunque ¿qué significa en verdad "salir"? Ese verbo me resulta cada vez más ambiguo.  Mark hizo bien al rentar el auto, ya que antes de irnos de San Francisco yo estaba más misántropa y paranoica que nunca, y para colmo en el Café Francés, al que yo lo llamo "el oculto", porque se supone que allí voy cuando no quiero que nadie me moleste, coincidió que unos estudiantes fueron a filmar algún trabajo para su universidad y pidieron a todos que nos moviésemos por un momento; yo no me moví, desde luego. Lo peor es que  llegaron justo el momento en que estaba llorando, y ellos me vieron con mala cara, yo me coloqué las gafas y volteé a mirar hacia la calle. Luego pidieron 15 segundos de total silencio. Y en mi cabeza me dije: ¿pero es que ellos en verdad saben lo que significa el Silencio, más allá de la palabra? ... entonces dijeron: luces, cámara, acción... y yo abrí la boca mucho, muchísimo, como si hubiese emitido un grito primal, pero lo dejé en el gesto, de mi boca no salió un sólo sonido. Mark no lo pudo evitar y se rió, pero lo hizo muy bajito, casi imperceptible. Luego me levante y dije: antes de que sigan déjenme pasar, y fue así como nos largamos en medio de cámaras y cables. 

*

Rentamos el auto cerca de Market St. Y con las maletas que sacamos desde la mañana de Hotel Boheme nos fuimos, además de bolsas de libros que coparon la cajuela entera. Pasamos por el Café de Martha & bros. (que ahora se llama Cumaica) en Divisadero y encontramos al griego de siempre y a las muchachas centroamericanas que atienden y con las cuales me llevo muy bien. Quise  pasar por el cuarto agarrando unos ces de blues, pero Mark dijo que ya encontraremos unos en el camino, que mejor vayamos directo y así fue. Al poco tiempo tomamos California 1 Pacific Highway y no pasó mucho tiempo hasta que el mar se abrió paso como una revelación. Mark me cuenta que no ha venido aquí desde que tenía 20 años. Pasamos por “Rock Way Beach.” Seguimos sin mapa y Mark me dice: "Todavía no aparece ningún rótulo, no sé si vamos bien, así que necesito que pongas atención. Tú eres la navegante, yo no” y luego me guiña el ojo. Sonrío y le doy un beso. “Trae cuidado, me dice, were’re not in North Beach now, so I have to pay attention.” 

*

Pasado un buen tramo, ya los letreros comenzaron a asomar. Pasamos por “Cabrillo Highway.” Hay muchos carritos estacionados a la orilla, muchos carritos que filtran la luz del sol, al parecer hay alguna competición de surfistas. No me interesa así que pasamos de largo. La vista, por el contrario es soberbia, la carretera larga y por momentos escoltada de una hilera de árboles, nadie adelante o atrás, coloco un disco de Joe Arroyo, y me río, suena "En los años 1600... " en plena carretera de California. Luego pasamos por “Moss Beach”, en el condado de San Mateo, y vemos que están rodando una película. Mark dice que esta zona es muy cotizada para utilizarlas como locaciones. 

*

Llegamos a “Half Moon Bay”. Mark dice que le resultó bastante rápido y eso que está manejando a un ritmo normal, que así, sin tráfico, es otra cosa. Yo le digo que gracias por haberme traído por acá, que sé que él no viaja, pero que parece que lo está disfrutando. "Of course, me dice. Estoy contigo y tú me haces feliz. Cuando te conocí te dije que no viajaba, yo soy de libros y café. Sonríe. Pero tú me dijiste un día que pensabas que yo nunca iba  a viajar y ya ves: fuimos hace meses, en tren, a Colorado, y ahora estamos nuevamente en la carretera. Quiero hacerte feliz, niña de otro tiempo, niña de otro siglo." 

*