domingo, julio 24, 2011

Heinz & Elias

 Heinz, Carla, Elias
photo by Mark Alvarez. SF. 2011


Esta noche finalmente pude escuchar en acción a los poetas y escritores austriacos: Heinz D. Heisles y Elias Schneitter, quienes estuvieron maravillosos con sus textos y su forma de leer. El otro día escribí algo sobre ellos, decía que lamentablemente, debido a mi despiste y olvido, me perdí su lectura en City Lights Bookstore, pero al final todo resultó mejor  porque al siguiente día mi amigo y traductor Jack Hirschman nos presentó a los autores en Specs, a Mark y a mí, y tuvimos todos una excelente química. Hoy estaba previsto que vendría sola al recital, pero Mark me llamó y dijo que le gustaría acompañarme. Desde luego me puse muy contenta, y que quedamos en vernos directamente en Kaleidoscope. Evitaré alargarme en el trayecto que para mí resultó un desastre, llegué tarde y totalmente mojada ya que fui caminando de North Beach a Market Street y en la ruta me agarró un aguacero que me agarró sin paraguas y con botas agujereadas. Lo bueno es que al llegar Mark me esperaba en una de las sillas con té caliente y uno de esos dulces griegos que me encantan. Al llegar vi a algunos amigos como Neeli Cherkovski, Maketa G., Shery, George Long, entre otros. Cuando el traductor empezó a dar algunas explicaciones Mark y yo comenzamos a susurrar cosas y a besarnos, por lo que en dos ocasiones Maketa nos llamó la atención como niños pequeños. Reímos. Luego Mark me sacó las botas y calentó mis pies con sus manos.  En seguida empezó la lectura y nuestros nuevos amigos austriacos estuvieron geniales. El humor y el ingenio es pieza clave en muchos de sus textos. Me encantó porque saben jugar con palabras. Ironizar. E incluso a nivel perfomático, de rato en rato emitían sonidos o cantaban. Me encantaría algún día hacer algo en conjunto. 

"moment!" Riendo con Heinz 
photo by Mark Alvarez. SF. 2011

Al final, cuando ya la mayoría de gente se había ido, Mark y yo nos acercamos a conversar con ellos. Heinz como alzó su dedo índice y diciendo su particular: "moment!" fue en busca de algún trago barato en la licorería de la esquina y luego me brindó un poco. Ambos estaban agradecidos por el buen momento que pasamos la otra noche en Tosca. Heinz acabó regalándonos a Mark y a mí su libro autografiado, y a mí varios de sus poemas y el primer capítulo de su novela traducida al inglés. Apenas empecé a leerla me enganché, y se lo dije. Al parecer ellos se irían más tarde a una cantina en North Beach, así que les dije que a lo mejor me paso un rato para encontrarles un par de ejemplares de Amerarcana Review, la publicación donde aparecen un par de poemas míos. Han sido tan generoso que no quisiera que se fueran de San Francisco con las manos vacías. Estrechamos abrazo, y Mark y yo salimos a la esquina, agarramos un taxi y nos difuminamos entre la niebla.