(EEUU, 8 de diciembre de 1943 - París, 3 de julio de 1971)
Más o menos todos adolecemos de la psicología del voyeur. No sólo en su estricto sentido criminal o clínico, sino en toda nuestra actitud física y emocional hacia el resto del mundo. Cuando intentamos romper el sortilegio de la pasividad, nuestras acciones son crueles, embarazosas y generalmente obscenas, como las de un inválido que ha olvidado caminar.
Jim Morrison. Señores, y nuevas criaturas. Barcelona. 1977