miércoles, julio 27, 2011

Fragmentos de mi diario

104. Hotel Boheme. 
photo by Mark Alvarez. SF. 2011

San Francisco, mayo, 2011.

*
Mark me entrega un libro de Jean Baudrillard y me pide que lea el título. Lo leo: "Fragments". Sonrío, hace apenas unos minutos, antes de entrar en esta librería, estuvimos hablando precisamente sobre fragmentos, los que escribo, los que cito.... en fin, abro al azar las páginas del libro de Baudrillard, aparece un epígrafe de Roland Barthes que abre el capítulo 3. Fragmentos aforísticos. Me gusta mucho porque se refiere al estilo fragmentario como una condensación llena de musicalidad. La cita dice: 

“The fragment has its ideal: a high condensation. Not of tought, or of wisdom, or of truth (as in the maxim), but of music development would be countered by ‘tone’, something articulated and sung, a diction: here it is timbre wich should reign.”. 

(El fragmento tiene su ideal: una alta condensación. No de enseñanza, o sabiduría, o de verdad (como en la máxima), sino del desarrollo de la música que sería contrarrestada por "tono", algo articulado y cantado, una dicción: aquí está el timbre que ha de reinar).

*
De una u otra forma cada escritor rinde homenaje a sus autores de culto, o bien, en consecuencia, a las tendencias de las cuales se nutrieron. Hoy, por ejemplo, mientras leía la biografía de Alejandra Pizarnik escrita por el escritor argentino César Aira (para quien Pizarnik -junto a Manuel Puig y Oswaldo Lamborghini- forma parte de su trío tutelar), el autor resaltaba que las tres exigentes premisas de la poeta eran: “brevedad, intensidad y austeridad”, premisas que parecerían describir también al mismo Aira. 

*
Mientras reconstruyo estos fragmentos mentales que dan forma a este diario, me asalta la idea de cuán gratificante sería conseguir en el futuro un trabajo que no me sea tedioso, en el que me pagaran por entregar periódicamente un artículo en algún diario o revista, en la sección de cultura o mejor aún a manera de diario personal, es decir tener la total libertad a la hora de escoger mis temas. Lo mejor sería apenas enviarlo desde mi casa (que es como decir  cualquier parte del mundo en que me encuentre), de manera que incluso podría seguir enviando fragmentos que yacen en mi diario, y que pese a ser  personales dan cuenta de anécdotas o  mención a libros y autores que podrían interesar a alguien más. De esa manera tendría tiempo para dedicarme a seguir escribiendo únicamente sobre lo que me gusta o inquieta, sin que cada día se vuelva una obligación de entrega bajo ningún tipo de presión.