viernes, junio 06, 2008

Frida según doña Chavela

Vuelvo a dos de mis mujeres: soberbias, dignas, valientes, raras, bellas, fuertes, apasionadas. Voz y pincel afilados. Las necesito hoy. Y las acompaño con una foto mía en la que guardo sus nombres (Si pudiese colocar también mi voz desgarrada, sería mejor)
"¿Has visto esa fotografía de Frida vestida de hombre? Sí, tenía a veces un gesto muy masculino, elegante. Era muy divertido, aunque yo la prefería vestida de tehuana; entonces era casi una maga... yo la veía así. No deja de ser curioso que las referencias de Frida, respecto a sí misma, tuvieran relación con un cuerpo que la martirizaba. Sólo mucho después he comprendido el significado de ese cuadro donde aparece con el pelo corto; en aquella época no estaba a mi alcance comprender aquello. Y respecto a su bigote y sus cejas - no faltará quien estuviera esperando este momento- a mi me encantaban. Bien: diré que en cierta ocasión le insinué que tenía una crema que quitaba el vello.- ¿Y a ti quien te ha dicho que yo me quiera quitar el bigote? ¡A mi me encanta! Tenía devoción por los vestidos, por los pendientes, los adornos, los perfumes... Una vez me regalaron un frasco de perfume y se lo echó todo, enterito, por la cabeza. El jardín, las salas, todo olía a aquel perfume... a Frida. Me gusta decir que Frida se me adelantó un cuarto de hora. Por otra parte, no fue tan malo: ella ya sabía mucho cuando yo llegué. Ella me enseñó mucho de lo que sé. Me enseñó a vivir, me enseñó a que no tuviera miedo a nada, me decía que nada tenía importancia, me enseñó a soportar el sufrimiento del abandono y del amor, me enseñó a tener personalidad, a romper moldes. Por ella, si vuelvo a nacer, igual me vuelvo a llamar. Frida, en fin, fue uno de mis grandes amores y un modelo como mujer.
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Chavela Vargas, Y si quieren saber de mi pasado, Ed. Aguilar, 2004.