En un antiguo taller, los juguetes cobran vida cuando su creador abandona el lugar. No le hacen falta trucos ni efectos especiales para conferir vida a esa naturaleza muerta. Es la cámara quien extrae el movimiento y la emoción de unas muñecas rotas o de un contador de luz. Siniestro film que anticipa, sin duda, los bodegones fúnebres de otros ilustres cortometrajistas: Los hermanos Quay.
Jorge Aulicino - El arte y las azaleas
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[image: Jorge Aulicino - El arte y las azaleas]
Las azaleas, plantas de la familia de las Ericáceas y del género de los
rododendros, no florecen en inviern...
Hace 1 día