Hicimos nuestra siguiente parada en Chordeleg, en la parte nororiental de la Provincia del Azuay, a 42 Km. de la ciudad de Cuenca y a una altitud de 2.390 metros de altura sobre el nivel del mar. La mayoría de habitantes se dedican a la elaboración de joyas y al comercio artesanal. Sólo en el centro el pueblo hay más de cien joyerías, donde se destacan las piezas de filigrana en oro y plata, los aretes llamados "candongas", anillos, collares, etc. y son conocidos por sus convenientes precios y excelentes acabados.
Otras artesanías que sobresalen son el bordado que es utilizado en blusas polleras utilizadas por las cholas azuayas, la cerámica y la paja toquilla de la que hábiles artesana obtienen los más finos sombreros. Yo también adquirí un par de recuerdos de este bello lugar, ojalá te duren dice mi padre, cuidarás, dice mi madre, y es que ellos saben que casi siempre pierdo al menos uno de los aretes que componen el par. De hecho tengo una colección de "chulas"aretes, es decir: uno, uno, uno, de cada uno, por eso ahora he optado por usarlos mezclados. De repente cae una tormenta y nos quedamos en una de las pequeñas joyerías hasta que escampe, yo aprovecho la lluvia para hablar con una de las dueñas y con otro artesano, el negocio, como el de la mayoría, es de herencia familiar, lo cual constata la tradición orfebre del lugar.
La lluvia no para y nosotros debemos avanzar. Me da pena que el clima les haya jugado una mala pasada, puesto que en medio de la plaza están ya instalados los equipos de discomóvil y tarimas para la gran pachanga de esta noche por el carnaval. No hemos almorzado aún, así que antes de seguir nuestra ruta a Paute, entramos a un improvisado asador de carnes y luego de comer un buen filete, mote y dos tamales. Estamos listos para continuar.