sábado, febrero 11, 2012

Habitación lejana y grata compañía


Qué bello fin de semana, me regalé un par de días en una habitación lejana de la costa ecuatoriana, sola solita sola, haciendo buen uso de mis destiempos, comiendo empanadas, gelatina y maduritos asados con queso, y sobre todo bebiendo mucho café. Amanecí y anochecí con varios libros desperdigados en mi cama. Con Kenzaburo Oé respirándome a la espalda, Claudio Magris reclamando más espacio, George Steiner el único que roncaba, y el bueno de John Coetzee haciéndome cosquillas en los pies.