pintura de celestin faustin. 1948
Estoy con Mark en Caffe Trieste. Pienso en lo que Maurice Blanchot planteó en su momento sobre el acto de nombrar, y extraigo de mi memoria esta idea: “La palabra me da lo que significa, pero antes lo suprime”. Pienso en los hombres que desde el inicio de los tiempos intentaron nombrar, por ejemplo, infructuosamente la lluvia. Y pienso en lo que Hegel dijo al respecto: “El primer acto mediante el cual Adán se hizo amo de los animales, fue imponerles un nombre, vale decir que los aniquiló en su existencia”.