torre Stratophere, Las Vegas
Insanity
Insanity significa locura, demencia, insensatez, y precisamente ese fue el "jueguito" que me hice en la torre más grande de Las Vegas y de todo el Estado de Nevada. A 350 metros de altura, y con 112 pisos, Stratosphere (Estratósfera) es un hotel & casino que tiene varios juegos demenciales como este que les cuento, un brazo mecánico en la punta de la torre que sale 20 metros dejando literalmente suspendidos a quienes están en las diferentes tenazas. Insanity es una especie de carrusel que da vueltas mientras se abre a una velocidad gravitacional de 3G.
Era una locura, y yo estaba consciente de ello. Si algo llegaba a fallar ya no estaría aquí para contarlo. Tenía los nervios de punta, y a pesar de que solo ver cómo esa bestia mecánica giraba a tremendas alturas me daba pánico y sin embargo no quería irme de Las Vegas sin vivir esa experiencia de adrenalina extrema, además de tener una vista privilegiada de la ciudad nocturna. Pero no quería estar sola, así que convencí a mi hermana de que se hiciera conmigo.
Cuando llegamos al primer mirador, que ya era bastante alto, vimos que desde ahí había otro "jueguito" que era lanzarse al vacío con todo los implementos de cuerdas y poleas como si fuese bonging jumping, fue tsn impresionante ver cómo se lanzaban desde esa altura que por momentos mi hermana ya se echaba para atrás, pero yo seguí alentándola. "Sólo piensa que una vez que ya pase, te queda la experiencia, y lo vas a recordar por el resto de tu vida". Se volvió a animar, y desde luego yo también.
Una vez arriba el estómago empezó a crujir, pero luego todo pasó en secuencias sumamente rápidas y vertiginosas. Una vez instalados. A respirar fuerte y a.... y a... y a...... nuestro carrusel salió 20 metros más y una vez suspendidos en el aire comenzó a girar, cada ve más rápido. Sentí pavor, me sudaba todo el cuerpo y lo único que hice fue abrir los ojos y me di cuenta de que estaba frente a una imagen tan privilegiada que me sentía un Dios, sin embargo bien sabía que esa no era mi creación y por tanto no podía controlarla, alguien en la cabina central es que manejaba los circuitos, y yo giraba y giraba y cada vez la imagen se hacía más difusa y toda La Ciudad Pecado se volvía una especie de imagen psicotrópica. Yo era, sin duda, la más chillona. Mi hermana, por el contrario era muy callada. Era su forma de reaccionar. Yo seguía en cambio gritando, y me salió todo mi florido repertorio de malas palabras que a la larga se volvió catarsis. Hubo un punto en que paré de gritar y ya me sentí ambientada, o mejor dicho: "hecha al dolor". Era como si estaba en otro nivel, y mejor opté por relajarme y dios!!!!! sentí que volaba y flotaba y mientras girábamos y teníamos visiones de una gama de colores entremezcladas... una luz se distinguía de todo, y era la de la luna. Siempre la reconocí.