domingo, mayo 08, 2011

En las aguas del río Colorado

Carla Badillo Coronado
Colorado river, Grand Canyon
Arizona, 2011



Ahora mismo atravesamos el Río Colorado (Colorado River), el mismo que cruza el suroeste de los Estados Unidos y noroeste de México, y el que durante millones de años formó con su cauce este Gran Cañón, cuya sola presencia es motivo para respirar más hondo. Siento que en estas aguas se conectan todas las aguas por las que he navegado, con y sin capitán a bordo, en estas aguas se reflejan todas mis experiencias por ríos en cuyas aguas nunca me volveré a bañar y sin embargo siempre me esperan como si fuese la única y la primera. Los botes aquí no son como en mi tierra, aquí son muy modernos (recuerdo aquellas veces que en la amazonía ecuatoriana tuve que ponerme a bordo de troncos y ramas cruzadas para seguir la corriente del agua, y sin embargo fui muy feliz, porque el medio es secundario frente a la inmensidad de la naturaleza). Y sin embargo me conecto no con este bote sino con los primeros, primeros, instrumentos que utilizaron los indígenas. Es mágico, pero puedo sentirlo. Pienso en todo mi círculo de hermanos guerreros, danzantes, pienso en los yumbos, en los kitu caras, pienso en Memo y todo Sinhi Chaira. Me conecto con huairapungo, la puerta del viento allá en pumaski, y siento una fuerza en el pecho y una energía en todo mi cuerpo que ahora mismo podría sumergirme y avanzar hasta las Montañas Rocosas nadando, que es donde nace este río, al otro lado, al otro lado, al otro lado.







Nos acompaña R. nuestro guía nativo hualapai, nos habla de todo como si fuese una historia casi fabulada y sin embargo estamos aquí, aquí mismo para comprobarlo. El viento es generoso, y el sol también, porque es muy caliente, y sin embargo no es nada comparado a  ciertas temperaturas que aquí mismo suelen producirse, infernales, altísimas, y ni siquiera los helicópteros pueden despegar. R. nos habla del agua, de las especies cercanas, de las formaciones rocosas, y yo le salgo cada dos minutos con preguntas, porque en este preciso momento lo que más me interesa son sus raíces, entonces me habla de su familia, de su comunidad, de su lengua, de su habitat, que es éste, de su vida, de su vida, de su vida.