Esta noche he vuelto a recorrer las calles de mi ciudad. Caminando y caminando llegamos al centro histórico de Quito. La Ronda y sus fonditas con guitarras que siempre acogen la voluntad y la nostalgia. Y entonces mi madre y su sonrisa frente a mí, un par de amigos y los Olimareños encerrados en los cuerpos de unos músicos anónimos. He cantado con el vino bulliendo adentro y la emoción que provoca la vista desde un balcón antiguo, desde donde he visto una vez más, a la virgen del Panecillo batir sus a las a la media noche, a punto de despegar.
EL PUEBLO EN LLAMAS
-
el pueblo engañado
el pueblo expropiado
el pueblo acosado
el pueblo manipulado
el pueblo desahuciado
el pueblo agotado
el pueblo dominado
el pueblo quemado...
Hace 18 horas