sábado, diciembre 13, 2008

Carta abierta a Jack Hirschman en su cumpleaños número 75

.
El año en que tú naciste Cavafis murió.
Pero antes -desde el vientre de tu madre-
pudiste escucharlo desde alguna Ítaca olvidada
decir: Jack, pide que el camino sea largo
Y así lo hiciste.
Varios meses después: 13 de diciembre de 1933,
en el Bronx, Nueva York, gritaste tu primera consigna
cubierto de sangre. Rojo de pies a cabeza
como un niño bañado por su sino.
.
A los tres años tu madre te leyó “La sombra”
de Robert Louis Stevenson.
A los doce escribiste y cantaste tu primer poema:
“Las campanas de la libertad” en la fiesta del barrio que
organizó tu padre para celebrar el fin de la II guerra mundial.
A los quince te enamoraste de una muchacha con la que leíste
a Paul Eluard y asististe a tu primera reunión progresista.
Más tarde afilaste tus dedos en varios periódicos.
Y más de uno se empezó a incomodar.
.
A los diecinueve le enviaste a Hemingway una carta
con tu relato, a su Finca Vigía, en San francisco de Paula,
Cuba. Y te respondió: “no puedo ayudarte, muchacho,
escribes mejor de lo que yo escribía cuando tenía 19”.
Y te recomendó leer a Kipling y a Thomas Mann,
a Flaubert y a Sthepen Crane, entre tantos otros.

Pero sobretodo te dijo que encontraras tu propia voz.
Y que esperaba conocerte algún día.
.
Ese día nunca llegó.
Hemingway se voló los sesos.
Pero tú encontraste tu propia voz.
Una voz fuerte como los tiros que escuchabas
en el gueto de tu ciudad.
Tus oídos se agudizaron, y con ellos registraste
el último recital de Dylan Thomas
antes de que se bebiera sus 18 vasos de whiskey.
Fuiste profesor once años y te expulsaron de UCLA
por ofrecer una "A" a todo estudiante
que se negara a ir a Vietnam.
.
En los 70´s te adoptó San Francisco
en medio de jazz y aullidos de lobos solitarios.
Y te juntaste con otros hermanos de la palabra,
hijos salvajes de Withman, fumadores de shmogadoo
Allen Ginsberg, Bob Kaufman, Gregory Corso,
Lawrence Felinguetti, y muchos otros locos
y artistas de North Beach.
.
Jack Hirschman, la oveja negra de los judíos buenos

street poet, comunista, ateo, cabalista.
En la esquina Neeli escribe:
Jack has broken down borders and barriers.

.
Más tarde conociste a Agneta Falk,
Aggie, la pintora, la poeta, la mujer que puso en el papel
las voces de las esclavas y de las putas,
de las niñas que perdieron sus labios a cambio de abrigo.

Se enamoraron como sólo los revolucionarios del
verbo lo hacen. Desafiándolo todo.
Vivieron nueve años en el viejo Hotel Columbus,
arriba de Caffe Trieste. El mismo Caffe en el que tú y yo
nos conocimos, mi buen amigo. Y al que fui a parar
luego de preguntarle a una mujer en el metro, dónde quedaba
North Beach. Sin saber que se trataba de tu amiga.
.
Era mi primer día en Frisco.
En la mochila poca ropa, poemas sueltos
y provisiones de comida.
Atrás dejaba el desierto de Sonora
y los nativos de nuevo México.
Sarah Kane fue el poema que te entregué
y al que acogiste como un niño huérfano.
This is a strong poem, Carla.
Lo tradujiste. Lo recitamos juntos.
Lo compartiste con todo aquel
que se cruzaba en tu camino.
This is a marvelous young ecuadorian poet-
le dijiste a Ferlingetthi el día que murió BJ Papa.
Mientras yo empezaba a entender por qué eras
el poeta laureado de los mendigos.
.
Aggie y tú me invitaron a vivir en su casa.
Cada día amanecíamos cantando.
¡Ciao Bella!
era el saludo.
Las noches se hacían infinitas. Tú vodka, yo vino.
Me hablabas de las mujeres que te acompañaron,
de Ruth, de Sarah, de las veces que te llevaron preso,
de la piedrita de la tumba de Pasolini en tu bolsillo,
de tu amistad con Leonard Cohen,
de la muerte de tu hijo.
.
Y yo te veía como un sabio urbano,
como un taita cuando me decías:

Sweatiepie
.
You have a passion, with a fire that can speak a people
from the indigenous roots up, and that is a priceless passion and,
being a big bad communist, I'm going to demand that you write.
Naturally.....just as you are:
.
a force of nature who will help making revolution happen,
because
its voice is what will be writing you, not mine, but truly, its, you.
.
Yo apenas abría mi boca para que vieras la cordillera
atravesada en mi garganta
Y te mostraba de rato en rato las palmas de mi mano
para que supieras cuanta poesía había tocado durante el día.
Te enseñé a decir corazón en quichua.
¡Shungo, Carajo! Gritabas con tu voz aún enronquecida.
Y yo veía en tus ojos tanta claridad, Jack,
la claridad que a este jodido mundo le falta.
Tú no eres ni esclavo ni máquina.
Ni algún sueño producto del opio
Has visto los pedazos de mierda tirados en las esquinas
adornando a los que no tienen casa.
.
Tienes 75 y yo 23, mi lindo
¿Qué son 52 años entre nosotros?
Amigo, maestro, camarada de los arcanos
Qué sabe de edades la ternura y la carcajada
Si hemos reído como dos chiquillos que se olvidan
de sus canas cada vez que entran a Specs
o caminan por el barrio chino.
.
Anyway (hemingway), yo ya no sé de números
ni de disfraces (o pregúntale a Mark -my sweetiepig-)
Sólo sé de pretextos para ser felices o desdichados.
Por eso esta fecha es un pretexto para burlarnos del tiempo.
.
El año en que tú naciste Cavafis murió.
Pero antes te dijo: pide que el camino sea largo.
Yo sólo te pido, Jack, que el camino nunca se acabe.

.

tu shungo poet

Carla Badillo Coronado

.