martes, noviembre 30, 2010

El trazo de verdad

La comida frugal (1904), by  Pablo Picasso

Conocí a Ángel Pineda precisamente en la librería callejera de Don Lucho Fabara. Me llamó la atención que sólo preguntara por libros de historia, especialmente relacionados con Hitler y la II Guerra Mundial, es decir, no tendría nada de extraño si no fuese por la fascinación desmesurada que reflejaban sus ojos. No es tan común que la gente hable con tanta pasión del Reich, pero Ángel hablaba completamente atraído por el tema. Le pregunté si coleccionaba libros o algo así, y le conté que entre los libros que Mark colecciona también están los de Historia, especialmente de los de guerras. Ángel me dice que es una larga historia, pero lo que sí me puede asegurar es que a él le gusta tener su propio criterio y que por eso decidió investigar todo lo que encontrara  por el mencionado personaje. "Fuera de todo lo que pudo haber pasado, es innegable la capacidad, la influencia y el genio que tenía Hitler", incluso te hablo como pintor, H. pintaba muy bien, y eso muchos no lo saben." Me llama la atención también el contraste entre la imagen de Hitler y la de Ángel (empezando por su nombre). Su forma de expresarse es espontánea, y en ocasiones roza lo dulce, que da la impresión de que Ángel se ha irritado en su vida. Pero no fue sino hasta ver sus bocetos que supe que se trataba de un verdadero artista. Ángel tiene mucho talento y estilo. Sus dibujos rompen con muchísimos esquemas. Tuve el honor de que fuese a recoger su diario, y luego me lo trajese para -según él- fuese yo la primera persona en enseñármelo, aduciendo que es muy celoso con todo lo que ha dibujado hasta ahora, y que al yo ser de alguna manera alguien casi desconocida, pero al mismo tiempo que le infundía confianza, quería mi criterio. Yo se lo agradecí, porque siendo sincera fue un deleite ver tanta figura inquietante, tantos trazos que obligaban a detenerse por varios minutos para poder admirar y entender lo que allí se develaba. Muchos de sus dibujos han salido de sus sueños. Los títulos de sus dibujo son simples, apenas una o dos palabras, y muchos de ellos son palabras inventadas, o mejor dicho dictada desde sus propios sueños. Hay una constante en sus pinturas: los rostros fragmentados, la mitología griega, las mujeres y los niños, Sus bocetos están llenos de notas muy interesantes. Algunas líneas me parecen versos. "El color creará las formas", dice al pie de una de sus obras. Luego hablamos de la autoformación del artista, pues Ángel dibuja desde pequeño, a pesar de que sus hermanos,  cada vez que encontraban sus dibujos, le gritaban que estaba loco, él siguió descubriendo las formas solo y tomando sus propias referencias y guías. "Nadie me dice ese punto no lo pongas ahí, o ese color... nada, y eso ha hecho que mi mente sea super amplia, es un mundo, un universo. Yo tengo amigos que son graduados en arte, y que lastimosamente están muy muy muy limitados porque no se salen de ciertas reglas, y tiene los estilos parecidos a los de sus profesores. Eso no va conmigo. Yo tengo mi propio estilo, o por lo menos a ello apunto. Muchos de los genios de arte fueron así. Picasso, por ejemplo, el papá lo puso en una Academia de arte, pero a él no le gustó y se salió. Era un rebelde. Francis Bacon fue otro pintor autodidacta, y así mucho otros, si vamos a los clásicos Rafael, Miguel Ángel... ellos no tuvieron universidad, simplemente tenía un mecenas que los apoyaba, pero nada más. Yo soy profesor ahora, pero sólo direcciono cosas básicas (profundidad, sombras, luz, teoría del color, etc., pero nunca podría imponerles ningún estilo a mis alumnos, quiero que sean libres para crear)". Ángel y yo bebemos café y nos damos cuenta que no hemos parado de conversar por casi 4 horas. Luego me dice que tenga por seguro que de mí pintará mucho, que he sido una revelación en su camino. Me dice que tarde o temprano me llegará a Quito un cuadro en que yo misma me reconoceré. Lo que Ángel no sabe es que yo misma ya me vi reflejada en sus bocetos, en esos rostros fragmentados y múltiples, y en colores absurdamente preciosos. Me despido de Ángel y avanzo por el corredor. La noche avanza. Y al subir las escaleras recuerdo esa frase de Picasso: "Basta ya de hacer arte; basta ya de ofrecer belleza. Nadie quiere pintar, sólo se busca hacer arte. La gente demanda arte, y nosotros le proporcionamos «bellas armonías» y «colores mágicos». Basta ya; dejémos de hacer arte, y conformémonos con hacer pintura." Guardo en mi cámara muchas fotografías de los bocetos de Ángel, pero él me pidió que las guardara para mí, y así lo hago. Ángel es un pintor de verdad, su pasión por el pincel dicta por sobre todas las cosas, y eso es lo que lo hace auténtico. Algún día hablarán de él, ya lo verán.