Le
contesto que la realidad poética también es realidad.
-La
realidad es -declara él- como la hierba y la tierra. La realidad es la hierba
que crece y los pies que la pisan.
Le
comento que eso también es una imagen poética. Una metáfora.
-Quizá
una imagen -admite-. Vamos, tomemos otra copa. Es de guindas. Un aguardiente
casero. Me lo trajeron del pueblo unos amigos. El escritor debe -prosigue-
considerar la vida en su totalidad. Tiene que anunciar el gran tema de la
muerte, para que el hombre sea menos soberbio, menos egoísta, menos malvado, y,
por otra parte, dar un sentido a la vida. El arte es el equilibrio de estas dos
ideas contradictorias. Es deber del hombre, sobre todo del escritor, y dirá
usted que hablo como un viejo, abandonar este mundo dejando tras de sí no una
obra, obra es todo, sino un poco de bondad, algo de conocimiento. Cada palabra
escrita es como la Creación. (Pausa). Lo oye: ya cantan los primeros pájaros.
(Fragmento de Laúd y cicatrices)