jueves, abril 28, 2011

Next Stop: Arizona - Desierto Mojave - Gran Cañón - Río Colorado


Viernes, 11 de marzo de 2011

Este es el primer día que madrugo en Las Vegas. Veo al sol tiñendo el cielo con tonos rojizos iluminando los hoteles y casinos apagados. No hay ruido, lo cual es extraño para el ritmo en que he vivido últimamente. Me gusta. Me gusta este Silencio. Esta mañana es un contraste tremendo con toda la algarabía que a diario transita por las noches del Sin City. Sólo mi hermana se quedó en el hotel, todos los demás nos fuimos  de viaje. Luego de algunos pequeños inconvenientes pudimos embarcarnos en el bus. Una vez que salimos de Las Vegas y entramos en la carretera mi corazón palpitaba más fuerte. hace no mucho estuve de bus en bus, pero ahora estaba con mis padres, muy lejos de casa, y pensaba en que soy afortunada de compartir estos instantes junto a ellos.

una casita en medio de la nada

El paisaje cada vez se tornaba más amplio y desértico. Las elevaciones rocosas y la escasa vegetación me recordó a mis viajes por Arizona y Nuevo México hace tres años. En una de las paradas tuve la oportunidad de hablar con el conductor. Su nombre es Bob y es de Georgia. Es muy gracioso, me  cuenta un par de chistes y luego me habla de su esposa. Continuamos el camino, Bob me dice: viste ese es el árbol del que te hablé, es propio de zonas áridas". Mucha gente no encuentra nada interesante en este tipo de paisajes, yo, por el contrario, lo disfruto mucho, la amplitud del polvo que se extiende como una alfombra, el sol copulando con las grietas y las rocas. En fin, el desierto es para mí un sinónimo de  soledad, aventura, silencio, lejanía, misterio.