photo by Mark. SF. 2011
Escribo estas líneas a la mañana siguiente de la lectura, y al ver las fotografías que Mark sacó sonrío, porque sólo los dos sabemos todo el caos mental que tuve que pasar ese día. Nadie imaginaría, sobre todo al verme sonriendo en algunas fotos, que antes de ir a la librería quería literalmente mandarlo todo al carajo. Es decir no quería ir al recital ni saludar con gente, me agarró un bajón muy fuerte y para colmo, y como casi siempre, se me vino el tiempo encima, ya que como Jack viajó a Europa, no alcancé a entregarle mis nuevos poemas para que los tradujera al inglés. Jack me había dicho antes de irse que se los enviara por email, y que él los traduciría a la distancia, aunque consideraba que yo sí estaba en capacidad de hacer una buena traducción de mis propios textos, al fin y al cabo yo era su traductora para el manuscrito del documental sobre su vida. Pero el problema, nuevamente, fue dejarlo todo al último.
Byron Spooner, Neeli Cherkovski, Jessica Loos, Carla Badillo Coronado
by Mark Alvarez. SF, 2011
Al final, nunca le mandé mis poemas, y faltando apenas horas me puse a traducir. Una locura. Además estaba de un genio que nadie tenía por qué aguantarme, por lo que la mañana decidí quedarme en trabajando en el cuarto. Y bueno, al único que quería ver era a Mark, que una vez más supo como estabilizarme y darme fuerza para que al final todo saliera bien. Él mismo se sentó a mi lado a ayudarme con la traducción. Madre mía, tuvimos unos debates que parecíamos un par de filólogos neuróticos, pero al final llegábamos al acuerdo de qué palabra era la apropiada. Para colmo a mí se me ocurrió leer un poema inédito más complejo para traducir que los otros, se titula Funambulismo, y le tengo muchísimo cariño, digamos que ahí esta gran parte de mi poética, y mi relación de amor- odio con la palabra. Al final lo hicimos, aunque el último verso literalmente lo hayamos acabado 5 minutos antes del recital.
foto capturada desde el video.
Ya lo dije hace un tiempo, desde que llegué hace un par de meses sucedieron cosas que me llevaron a reflexionar sobre varios aspectos de mi vida, de manera que opté por pasar, como decimos, con un perfil bajo aquí en la ciudad (por eso muchos se han sorprendido de saber que ya regresé). Aquí, a diferencia de Quito, en North Beach se me conoce muy bien, y ya he recibido varias invitaciones para entrevistas, lecturas de poesía y presentaciones de danza. Pero rechacé la mayoría, decidí que quiero tener más tiempo para mí sola, y desde luego con mi círculo más cercano. En todo este tiempo apenas he ido tres veces a los bares que antes solía frecuentar diario, y cuando he ido esta vez, claro que la he pasado muy bien, pero mejor aún la he pasado recorriendo en mis huecas, mis callejones, mis cafés, mis librerías, mis callecitas a las que desembocó tomando el metro o a pie. Además, mi habitación es muy acogedora, ambos hemos hecho de este cuarto de hotel nuestro hogar. Y, desde esta ventana, la Avenida Columbus adquiere otra forma. Siento que es mía, me pertenece de alguna forma. Y yo soy esa vouyerista inofensiva que sin embargo tiene el poder de crear o destruir sobre el papel.
en acción (foto capturada desde el video)
Neeli nos recogió de Caffe Trieste a Jessica, a Mark y a mí. Me temblaban las manos, estaba muy ansiosa. En el camino los dos seguimos traduciendo. Al llegar a la librería, que además es Café, en Fort Mason me habría tranquilizado mucho encontrar apenas dos pelagatos, pero lo cierto es que aún faltaba un tiempillo para dar inicio y la sala ya estaba llena. Me puse nerviosa porque todo se estaba dando bajo presión. Quería algo que me asentara la sangre, de manera que Mark ordenó un vino para mí. Byron, uno de los organizadores, se acercó y me pidió una pequeña biografía mía, y yo a duras penas podía recordar mi nombre con tanto poema y traducción en mi cabeza. Así que nunca se la entregué y lo hice directamente con el público.
asistentes
Lo más interesante es que -a Mark le consta- yo no avisé a nadie sobre el recital, y le dije que Neeli se encargara de convocar, pero fue muy bonito y grato -debo admitirlo-, encontrar a gente de North Beach, precisamente porque por más poetas o pintores ellos no suelen salir del barrio, y gente como Lani u otros conocidos de Caffe Trieste fueron a vernos a Neeli y a mí. Y una vez allí me dieron mucho ánimo, y me sentí más relajada. Poco a poco volví a la calma.
Con el poeta y amigo John Landry & su pareja Robbie
el traductor griego y amigo Dimitri Charalambous
Al final todo salió bien. Cada uno tuvo su tiempo para leer, pero Neeli y yo decidimos dividirnos por turnos. Yo empecé de la forma más honesta posible, les dije que había tenido un día de mierda, y que tuve una pesadilla la noche anterior y que a lo mejor eso fue lo que alteró mis nervios. Rieron. Pero era cierto. Agradecí la presencia de los amigos, y sobre todo a Mark, y entonces me lancé al ruedo. Luego Neeli me sorprendió porque leyó dos poemas dedicados a mí, eso fue my bonito; el uno es el que me escribió hace tres años titulado CARLA, y otro más reciente que no conocía. Todo un honor. Sólo con Jessica hubo un momento en el que me molesté mientras leí porque se salto una línea que era importante dentro de uno de los poemas. Ella se dio cuenta de que la quise corregir in situ, y al final de la lectura me reclamó -con todo el derecho del mundo- que para empezar yo dejé todo a último momento y que si nos hubiésemos reunido más temprano a lo mejor eso no pasaba. Ya que ella también estaba nerviosa. Era cierto, pero como nos llevamos bien y nos decimos las cosas de frente, lo hablamos y lo solucionamos en seguida. Además lo rematamos con un vino tinto y un abrazo, porque ella sabe que de verdad la considero, y siempre me ha ayudado en mis lecturas.
(foto capturada desde el video)
Neeli, Jessica y yo una vez terminado el recital
ya cuando la gente estuvo dispersa, me sorprendió escuchar a uno de los asistentes que no conocía decir que sin duda este había sido uno de los mejores recitales de poesía a los que había asistido. De hecho el mejor en el último tiempo, dijo. Yo me sorprendí. Fue muy bonito saber que a pesar de que anímicamente no estaba tan bien, la gente se conectó con mi poesía. Eso sí lo sentí, lo sentí mucho mientras leía la tensión, los gestos, ese lenguaje cómplice entre ellos y yo. Se acercó también la poeta Sarah Meneffe a decir que Funambulismo le había como abofeteado por dentro, había una voz que era como un eco y que le resultaba inspirador mi poema. Y así por el estilo. Se los agradecí. Y de corazón valoro que hayan ido a escucharme. Luego me di vueltas sola entre las secciones de la librería, y Mark a lo lejos me hizo ojos, con cara de cuidado. Yo sonreí, creo que temía que me llevara algún libro robado, pero francamente no lo iba a hacer, además lo bueno en esta ocasión fue que Byron, como es parte de Friends of the Public library, nos dio a Neeli y a mí un bono para canjearlo por libros. Y eso ya me puso bastante de mejor ánimo. Mark compró como 5 libros de filosofía e historia para él, nos despedimos de todos, y juntos partimos directo a North Beach, para comer en Tuk Tuk, y luego cruzarnos a tomar café y escuchar blues en nuestra mesita de siempre en Mario's Caffe.