Llueve en San Francisco y yo escribo desaforadamente desde la habitación 104 del Hotel Boheme, asimilando todas las tremendas historias que ayer me fueron contadas sobre la barra de Tosca, junto a mis personajes revueltos en un cocktail mental. Podría jurar que Jim Morrison me canta esta canción al oído. La lluvia es una bella forma de revivir a nuestros muertos.
DESAPARECER DE LAS PALABRAS por LOIDA RUIZ
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Qué aparentemente sencillo resulta desaparecer de las palabras
¿cómo se hace?
quitamos el tú
el yo
y en sus huecos,
ahora,
esas voces que no son mías
n...
Hace 6 horas

