viernes, mayo 07, 2010

Alta cultura (poesía y publicidad) - Andrés Neuman

El otro día me topé con una tienda de ropa de moda llamada Kafka. El nombre me chocó, no sólo por la banalización de la cultura (o cultura-costura), el mercadeo de las referencias intelectuales, bla, bla, bla. Sino porque además, ya puestos a darse aires culturales para vender pantalones, habría sido mejor buscar un apellido de resonancias menos grises y sórdidas que las del pobre Kafka (que, por añadidura, era un hombre de aspecto corriente y anodino). Algo así como Ropa Wilde, Chaquetas Byron o Camisas Rimbaud. Estas no muy profundas reflexiones me llevaron a recordar un viejo anuncio de la televisión argentina que, durante toda mi infancia, me tuvo engañado respecto al nombre del que más tarde sería mi pintor predilecto: sobre un fondo de palmeras y arena dorada, unas frondosas muchachas promocionaban la moderna línea de bañadores Paul Klee. Marca que a su manera, al evocar la originalidad cromática de Klee y el diseño de la Bauhaus, sí daba en el clavo.

Puede que alguno se eche las manos a la cabeza. Pero oigan, siendo prácticos, sería preferible que los poetas del mundo reemplazasen por un tiempo a los publicistas (que ya bastante se han aprovechado del lenguaje poético) y pusieran los nombres en su sitio. Así al menos las empresas no cometerían torpezas pseudoeruditas como ponerle Kafka a una línea de ropa juvenil, que sería tanto como decir Balneario Kafka ("para relajarse y gozar del ocio en familia"), Bombones Cioran ("sus momentos más dulces") o Moda Infantil Nietzsche ("y que sus niños luzcan alegres y tiernos").

En fin, como los tiempos aprietan y los derechos de autor no dan para gran cosa, ahí van mis humildes sugerencias: Agua Mineral Goethe ("para llegar a viejo en plena forma"). Audífonos Beethoven ("porque los sordos también escuchan"). Rifles Hemingway ("y sea usted también protagonista"). Tranquilizantes Kant ("para alcanzar la justa medida de las cosas"). Leche Desnatada Vermeer ("¡y qué bonito envase!"). Preservativos Schubert, que murió de sífilis ("para dar ejemplo"). Bombillas de Bajo Consumo Rembrandt ("porque la luz también es una obra de arte"). Televisores Digitales Huidobro ("¡alucina con las imágenes!"). Lencería Femenina Stravinski ("para que tú también consagres la primavera"). O Compresas Juana de Arco, Juguetes Didácticos Wittgenstein, Clínica Bukowski, Gimnasio Marinetti…

Líricos señores del marketing, por favor, escúchenme. Tengo un montón de ideas. A buen precio. Les dejo mi número y mi correo. Por si acaso. Son ustedes muy amables.

Fuente: El Correo Digital. Bilbao. 2006-05.15