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"Mi pintura es para herir, para arañar y golpear en el corazón de la gente. Para mostrar lo que el Hombre hace en contra del Hombre."
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Hoy se cumplen 10 años de la muerte del pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, artista al que respeto y admiro muchísimo. El mensaje de cada una de sus obras tiene una fuerza impresionante. En sus cuadros he podido encontrar esa melancolía innata del que nace entre las montañas, la melancolía andina de la que siempre hablo. Basta observar una de esas manos o rostros que nos dejó, para adentrarnos en todo una época, una raza, una palabra. Sentir un cuadro de Guayasamín es como no decir nada y sólo gritar a través de los colores de la ira o la esperanza.
Oswaldo nació en Kitu, de padre indio y madre mestiza, y su apellido en quichua significa "ave blanca volando". Guayasamín afirmaba que el siglo XX "oscuro y violento", le obligó a llenar sus cuadros de una "enorme tristeza", de ahí los rostros agónicos de muchas de sus pinturas, denuncia de la tortura y el dolor humano.


Se graduó en la Escuela de Bellas Artes de Quito; y en 1942 inició un periplo artístico que lo llevó a Estados Unidos, México, Perú, Chile, Argentina y Bolivia. Su prestigio internacional fue impulsado por logros como el primer premio en la III Bienal Hispanoamericana de Barcelona, en 1956, donde presentó el tríptico El ataúd blanco, y el premio al mejor pintor de Sudamérica en la Bienal de Sao Paulo, Brasil, en 1957. Ese fue apenas el inicio de muchos viajes, en los que siempre llevó el mensaje de nuestra gente. 

Autoretrato
La fama internacional nunca opacó su sencillez. Su biógrafo y amigo, el escritor ecuatoriano Jorge Enrique Adoum, alguna vez comentó: "Hace 50 años cuando bebíamos en medio de mucha gente que bailaba, nos acostábamos en el suelo, bajo una angosta mesa de la sala, para seguir hablando de cosas más cercanas al corazón, 'como compartiendo un ataúd', dijo entonces".
El maestro ecuatoriano, que afirmaba tener 3.000 años contados al sumar las vivencias, tristezas y alegrías de su pueblo indígena, tuvo como hilo conductor de su creación la denuncia de las injusticias, la pobreza y la desigualdad.

Oswaldo Guayasamín dividió su obra en etapas. A la primera la llamó la Edad de la Ira, donde sus dibujos y colores hablan del desgarro del indio americano y de un paisaje abrupto, signo de conciencia cultural y denuncia. Esta fuerza violenta dejó paso a la Edad de la Ternura, vínculo de la madre y de los hijos que fue el eje de su trabajo como forma de redención de las relaciones humanas. En sus últimos años decía encontrarse trabajando en la Edad de la Esperanza, la síntesis de todos sus conocimientos técnicos y de su experiencia vital. Tres etapas desarrolladas en trabajo de seis décadas que reúnen más de 6.000 cuadros.

Madre y niño
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Hoy sus restos descansan al pie de un arbolito que él mismo sembró, y que su familia denominó El árbol de la vida, un árbol en lo alto de la Capilla del Hombre, obra arquitectónica del artista, que es un homenaje a la América precolombina.
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Frases de Guayasamín
"Vengo pintando desde hace tres o cinco mil años, más o menos. Y mi pintura es de dos mundos. De piel para adentro es un grito contra el racismo y la pobreza; de piel para fuera es la síntesis del tiempo que me ha tocado vivir."
"Mi pintura es para herir, para arañar y golpear en el corazón de la gente. Para mostrar lo que el Hombre hace en contra del Hombre".
"Estoy en el mismo punto, pero cada vez más hondo. Siempre golpeando hacia adentro".
"Pintar es una forma de oración al mismo tiempo que de grito. Es casi una actitud fisiológica, y la más alta consecuencia del amor y de la soledad".
"Soy consciente de que venimos de una cultura milenaria, alrededor de la cual se formó una civilización que alcanzó momentos de gran esplendor".
"Pese a todo, no hemos perdido la fe en el hombre, en su capacidad de alzarse y construir, porque el arte cubre la vida. Es una forma de amar".
"La Capilla del Hombre es un llamado a la unidad de América Latina: de México a la Patagonia, un solo país".
"Mi obra en verdad son tres sinfonías que había diseñado en mi juventud y que estoy cumpliendo día a día".
"Vengo pintando desde hace tres o cinco mil años, más o menos. Y mi pintura es de dos mundos. De piel para adentro es un grito contra el racismo y la pobreza; de piel para fuera es la síntesis del tiempo que me ha tocado vivir."
"Mi pintura es para herir, para arañar y golpear en el corazón de la gente. Para mostrar lo que el Hombre hace en contra del Hombre".
"Estoy en el mismo punto, pero cada vez más hondo. Siempre golpeando hacia adentro".
"Pintar es una forma de oración al mismo tiempo que de grito. Es casi una actitud fisiológica, y la más alta consecuencia del amor y de la soledad".
"Soy consciente de que venimos de una cultura milenaria, alrededor de la cual se formó una civilización que alcanzó momentos de gran esplendor".
"Pese a todo, no hemos perdido la fe en el hombre, en su capacidad de alzarse y construir, porque el arte cubre la vida. Es una forma de amar".
"La Capilla del Hombre es un llamado a la unidad de América Latina: de México a la Patagonia, un solo país".
"Mi obra en verdad son tres sinfonías que había diseñado en mi juventud y que estoy cumpliendo día a día".

QUITO VERDE
Guayasamín amó a su país y especialmente a su ciudad, por eso la pintó en todos los colores, negro, rojo, blanco, azul, verde. El primero es el Quito Verde y fue pintado en el año 1948, tiene mucha importancia el conjunto de montañas que rodean o envuelven la ciudad, especialmente el Pichincha, que para Guayasamín es como un animal vivo que cambia de colores si es invierno o verano, si es el amanecer o el medio día o el atardecer. Sus habitantes viven al ritmo de la coloración de este volcán y sus calles empinadas que ascienden a los cerros caracterizan a la ciudad declarada como Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

LAS MANOS DE LA PROTESTA
En la Edad de la Ira una de las colecciones más importantes es la serie de Las Manos y dentro de ella, las manos de la protesta es de vital importancia porque resume la actitud del ser humano frente a la injusticia.
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¡A tu memoria pintor!
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Sitios Oficiales: