lunes, diciembre 14, 2009

Guayaquil, poesía, carretera

in the mirror self - portrait
Estudio Museo del pintor Manuel Ugarte
Guayaquil-Ecuador
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Hace poco viajé a Guayaquil inviatada al II Festival de Poesía Joven "Ileana Espinel", organizado por la Casa de la Cultura (Núcleo del Guayas) y el grupo cultural Buseta de Papel. La verdad se me hacía un poco complicado asistir por cuestión plata y porque tenía un par de presentaciones con mi grupo de danza por esos días, pero al final realicé el viaje -aunque por muy corto tiempo-.
poetas del Festival
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Estuvo bien, necesitaba salir y no hallé mejor pretexto. Nunca antes había leído por esos lares, y tampoco conocía a casi nadie de los poetas en lista. 9 horas en la carretera. De sierra a costa con mi flask de aguardiente, un par de libros, mi cámara, mi diario y Pertenencias en la mochila. Ya contaré con más detalle mis impresiones sobre el evento y sobretodo la gente que encontré en el camino, como el librero que hospedó en su caso a un Che Guevara de apenas 22 años, cuando apenas era un joven estudiante de medicina con ideas revolucionarias, o ese tremendo personaje que conocí en el autobús de regreso a Kitu, un viajero de verdad, que ya en los años 60 se había recorrido medio mundo en barco, salió desde el sur y pasó por mucho puertos hasta llegar a Génova, y desde ahí otra aventura por Europa, Asía y África.
Aprovecho para felicitar a Carlos Luis Ortiz, poeta y amigo, ganador del Premio de Poesía Joven Ileana Espinel 2009 por su conjunto de poemas titulado “El niño alucinado”, firmado con el seudónimo Abdúl Bashur; "en mérito a las imágenes, al ritmo y a la musicalidad de estos textos, y a la sostenida voz poética que recrea el mundo con reflexiones profundas y diversas." El jurado estuvo integrado por Fernando Cazón Vera, Sonia Manzano y Carlos Rojas.
Más allá del evento pude recorrer parte del Guayaquil nocturno junto a Carlos Luis y su amigo el fotógrafo Vicente Gaibor (vicho) a quienes agradezco por asimilar junto a mí la brisa nocturno del puerto. Además CL me presentó al pintor Manuel Ugarte en su estudio/museo en pleno centro de la ciudad, donde junto a su esposa Lidia y su perrita honeymoon compartimos gratos momentos entre guitarras incompletas, versos improvisados, cervezas heladas y canciones que prolongaron mi estancia.
Don Manuel con Camila en sus brazos, atrás Lidia, su esposa

Carlos Luis, Manuel Ugarte, Lidia, yo

En general todo bien. Aunque un tanto surreal ciertas cosas. Otras como siempre me molestaron: egos, chismorreos baratos, malos borrachos, etc. Eso hizo que sienta un tanto distante a Guayaquil, pero al mismo tiempo ratifico el camino que he tomado y la gente que en verdad me acompaña en el camino, y Mark tan presente siempre, él es mi verdadero compañero, y me hace falta, mucha falta, el condensa todas mis búsqueda por cualquier ciudad a la que yo vaya.