martes, junio 02, 2009

La danza de mi tierra estará en el Festival Internacional de Poesía de San Francisco

Carla wuarmiku
Autorretrato
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Síiiiiiii!!! Está confirmado. En julio bailaré en el Festival Internacional de Poesía de San Francisco, California. Estoy muy emocionada, ha sido una de las mejores noticias que he recibido últimamente, la oportunidad de compartir otra de mis pasiones: la danza de mi tierra.

Cuando recibí la invitación para participar como poeta, se me cruzó la idea de bailar en esas tierras del norte, pero fue más adelante que se lo comenté a Jack, le dije que sólo de ser posible me encantaría compartir el arte y el mensaje de mi gente, que ese sería mi regalo por haber sido un puentecito entre mi Sur y su Norte, entre mi idioma y el suyo, que a la final son sólo formas, estructuras, pues hay un gran idioma que nos junta y es el de la poesía. Mi danza, en efecto, sería un regalo que como todo lo realmente importante no tiene precio. Mi regalo nace del shungo, del corazón. Él, Aggie, Neeli, Alejandro, Csaba, y Mark, por mencionar sólo algunos de esa ciudad a la que quiero mucho, han creído en mí desde el inicio, en todo esto que a paso solitario he ido creando desde hace mucho tiempo, entre risa y llanto, entre carne y espíritu, entre ángeles y demonios personales, acompañada-depurada-alimentada-fermentada por otras voces y otros legados, desde luego.
Ah, qué corta y qué larga es la vida. Qué grande el amor y las ganas. Qué pertinente la locura cuando se vuelve motor y no castigo. La abuela ayer nuevamente me contaba que sigue escuchando voces y que "ellos" mueven su casa enterita. No quiero que su mente fragmentada la haga llorar como ayer. Siento que también en mi poesía, en mi danza, en mi canto está ella. Yo reivindicaré su mundo en el mío. Pienso en mi abuelo, el sastre, el compadre de la noche, ay don Carlitos, abuelo mío, debes estar aplaudiéndome y brindando por ésta tu nieta, con tu vaso de puntas y tu sonrisa impecable. Todo es así, tan espontáneo, tan puro, como la lágrima que en este punto va saliendo al hablar de ellos. Así ha ido saliendo todo, en forma de pus, costra y risa... y al final la poesía, escrita y bailada. Yo multiplicada en los seres y tierras que voy pisando y amando.
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Jack me comentó que todo el programa ya estaba prácticamente cerrado, y que entre los artistas estaban músicos de varios géneros, incluyendo un peruano -que imagino tocará música andina-, pero claro, no había danza, y menos que lo hiciera una de las poetas. Así que Jack se lo comentó a los otros organizadores, y todos dijeron que será un placer integrar mi propuesta, que sería además una oportunidad para conocer más sobre Ecuador. Ellos escucharán los sonidos que habitan en mi Sur. Yo llevaré ese sonido, múltiples voces adentro. Seré la forma y el movimiento, la explosión y la expansión. Temblará el Volcán. La jaguara rugirá.
Estoy feliiiiz. Se me enchina la piel al saber que bailaré en esa ciudad que significa tanto para mí, y que seré un Kinde andino silbando y volando sobre la tarima. Mi danza, lo he dicho, es más que movimientos armónicos, mi atuendo es más que coloridos y elegantes trajes, mi danza es el golpe, el grito, la carcajada de mi gente. Es mi respeto hacia ellos. Cómo no quisiera bailar junto a mis Tullpus, y hacerlo con música en vivo, junto a los chicos de Sury. Cómo no quisiera que Memo toque el tambor a mi entrada, y que Taruka entone su flauta. Pero me los llevo a todos ellos, cajita de voces que me hablan siempre cuando estoy lejos. Éste es un nuevo reto, y el tiempo corre. Apenas queda un mes. Pero me pondré a prepararlo todo, lo más importante ya está adentro. Lo haré con fuerza, con las voces de los abuelos dentro del pecho, con el fueguito encendido -pidiendo permiso-, con el tambor golpeando fuerte, muy fuerte, desde el centro.

Shuc shungulla