El insomnio es como hacer un
largo viaje nocturno en avión: uno está encerrado en la oscuridad (puede
encender la luz, pero de que serviría?), y lo único que queda por hacer es
esperar a que pasen las horas.
La comparación es más elocuente
puesta al revés: viajar en avión es como el insomnio. Salvo que en el avión uno
se está desplazando, cruzando el Atlántico, el Pacífico, el Polo… Y está
cruzando las horas, adelantándose a ellas o volviendo atrás. Las horas del insomnio se mantienen
inmóviles sobre las horas de la superficie terrestre, que se van desplazando en
una dirección u otra.
(Continuación de Ideas diversas. Ed. Universidad Diego Portales. Santiago, 2014)