Me encantan los objetos viejos: máquinas de coser, planchas, radios, libros, maletines, instrumentos musicales, en fin, todo aquello que, por el paso del tiempo, ha adquirido otro olor, color, textura, y que, desde luego, ya no es fácil adquirirlo. En el hotel que los priostes nos asignaron en Riobamba a mi grupo de danza Tullpucuna, encontramos una diversidad de objetos de este tipo. La decoración íntegra del hotel se basa, precisamente, en lo antiguo, por ello conservan además los pisos de madera y los balcones. Me gusta, me gusta mucho. El hotel se llama "La Estación", y si están de paso por Riobamba, Chimborazo, en la serranía andina de Ecuador, no duden en hospedarse aquí. Comparto alguno de estos objetos.
INCONSISTENCIA por MARLUS LEON
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Imperfección de las horas vacías que tejen mi piel
Absorta,
huida del ser,
de la vida,
de la materia que soy...
Imposibilidad de ser otra
acumulando
di...
Hace 28 minutos

