Regreso a Manta después de muchos años. La última vez que caminé por esta playa todavía era una niña. Hoy regreso con los pies gastados de haber recorrido tantas playas sin nombre. Playas rocosas, movedizas, desérticas. Playas sin mar. Y sin arena. Y sin los vestigios que la marea deja cada siguiente día. Pienso en Manta y pienso en aquellas vacaciones con mi familia, voces riendo y cantando al mismo tiempo como música salida de un caracol perdido. Pienso en mi abuelo Carlos y en este sol incompleto. Siempre es bueno volver al mar y mirar de frente al horizonte, porque a pesar de todo sigue limpio. Como todo aquello que me parece infinito, y que jamás lograré definir.
cultura manteña
sazón manaba
El pirata de la boina roja
"con mis propias manos"
cantar, nadar, pescar, soñar
"la música la llevamos dentro"
