18 horas de trabajo (4 horas muertas por la ineficiencia de Aerogal). Música desde mi rocola portátil (que siempre es mejor que cualquier pastilla). Casi le secuestro al piloto que dijo que no volaríamos hoy. Sueño - Hambre- Dolor de cabeza. Ideas de suma responsabilidad que debo procesar. Vivo en los extremos (de ser total dueña de mi Tiempo a ser presa de los No-horarios). Escucho Leon Redbone y añoro mis horas libres. Sigo moviéndome en este extraño ajedrez.
CIUDADES QUE LLORAN por FRANCISCO ROJAS
-
Dicen que si te vas llora Madrid, que ya no sabe el mar de Asturias igual,
que en la parte antigua grita San Jorge desconsolado. Que yo, dicen que yo,
an...
Hace 2 horas