jueves, febrero 05, 2009

Música andina: Trencito de los Andes en Kitu

Trencito de los Andes en Faccha (1987)
Imbabura-Ecuador

Empiezo este mes con buenos proyectos junto a Tullpucuna, mi querido grupo de danza. El viaje que realicé hace poco a Otavalo (y que tengo pendiente publicar aquí) me ha marcado de una manera especial; viví una experiencia particular con los mashi kuna de la comunidad de San Juan Alto, por lo que mis viajes al norte serán más seguidos; sobretodo en este mes. Febrero es el mes del florecimiento (sisa pacha), y en Otavalo, en particular, se celebra el Pawkar Raymi, del que también hablaré más adelante. El punto es que este es uno de los meses en que más podemos disfrutar de nuestra música andina, de la danza, de los rituales, del encuentro. Aprender desde lo sencillo.
Se llevará a cabo una serie de eventos que ya detallaré. Pero empezaré con este, que si bien se trata de un grupo que no nació en el altiplano, su respeto por nuestra cultura y su filosofía de vida por más de 30 años tiene que ver con lo andino y el conocimiento ancestral. Se trata del grupo italiano Trencito de los Andes, toda una institución en el género. Es uno de mis grupos de música andina favoritos. Es increíble, la primera vez que los escuché pensé que eran indígenas, pues el sentimiento que le ponen a cada una de sus canciones es comparable con aquel que lo hace a partir de su memoria ancestral, del que lo lleva en la sangre. Nadie adivinaría que son italianos, pues las letras que escriben y sus voces, nos trasladan a cualquiera de las comunidades andinas; la pronunciación de un quichua perfecto, acentos y énfasis, silbidos y voces, toda su interpretación es maravillosa. Todo esto tiene una explicación muy simple, los integrantes de Trencito de los Andes no sólo han sido amantes de nuestra música, sino que se entregaron totalmente, y por eso se vinieron desde muy lejos, vivieron y convivieron con nuestra gente, y con los hermanos peruanos, bolivianos, etc. Con años y años de investigación, los resultados no podían haber sido otros.

Alguna vez, Raffaele dijo: "jacha sicuri...me siento como un pobre exiliado en su tierra. Mi familia, mis raíces están en Roma, pero mi filosofía de vida, mi corazón, está en el altiplano". Y ese sentimiento ha sido compartido con muchos músicos indígenas y runas de nuestra tierra.


Trencito de los Andes se presentará hoy mañana en Kitu, a las 20:30, en el Teatro Sucre, en el casco viejo. Y el 13 de febrero en La Carpa, de Otavalo. Será su primer concierto en público en la capital ecuatoriana, por lo que desde ya tengo asegurado mi asiento. La formación original, compuesta por los hermanos Raffaele y Felice Clemente, Daniela Lorenz, Laura Grasso y Luis Gramal sube a escena junto a unos cincuenta músicos. Aunque en realidad ya no se llaman Trencito de los Andes sino Il laboratorio delle uova quadre (El laboratorio de los huevos cuadrados), este cambió de nombre se dio en Roma en octubre de 2006, como parte de la evolución de tan legendaria agrupación, que tras un largo proceso -cuyas sucesivas y sorprendentes etapas quedan documentadas en más de 20 discos grabados a lo largo de 30 años- culmina y cierra su ciclo existencial con un descubrimiento que no dejará a nadie indiferente.


Según sus integrantes, Il Laboratorio delle uova quadre lleva en su ADN el patrimonio de sabiduría conseguido por el proyecto que le precedió y recoge su propio legado. Se trata, en síntesis, de explorar las potencialidades de las formas de la música latinoamericana descubierta y consolidada por «Trencito de los Andes» y, sobretodo, de formar conciencias capaces de acogerla.

Yo asistiré mañana con mis compañeros de Tullpucuna, tenemos gran expectativa ya que una de nuestras coreografías corresponde a la música de Trencito, una de las canciones más bellas: el Zig Zag.
Bailando el Zig Zag

Sé que mañana asistiré a uno de los mejores conciertos de los últimos tiempo. Hermanitos del charango, complices del rondador, de la quena, de la flauta. Mañana nos encontraremos. “Nukanchik runatakikunaka paktamikan tukuy pachapi” (Nuestra música andina estará por siempre).